Lecturas del Miércoles 8 de marzo de 2017. 1ª semana de Cuaresma. Ciclo A
Lectura de la profecía de Jonás (3,1-10):
Palabra de Dios
Sal 50,3-4.12-13.18-19
R/. Un corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,29-32
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Vino la palabra del Señor sobre Jonás: «Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo.»
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: «¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!»
Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.
Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: «Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos.»
Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Sal 50,3-4.12-13.18-19
R/. Un corazón quebrantado y humillado,
tú, Dios mío, no lo desprecias
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás.»
Palabra del Señor
REFLEXIÓN
El libro de Jonás nos enseña que Dios es misericordioso y perdona las infidelidades y los pecados de un pueblo que se arrepiente de todo corazón y hace penitencia. También nos enseña que la salvación es para todos, no importa la raza, ni el nivel social o cultural, la salvación es universal.
El signo de Jonás es que pasó tres días en tinieblas y en peligro de muerte en el vientre de la ballena y después de ese tiempo pasó de las tinieblas a la luz, restaurada su vida, anuncia y predica la destrucción de Nínive para que se convirtieran y cambiaran de vida.
Todo esto significa, que Jonás tuvo que morir simbólicamente, sepultado 3 días en el vientre de la ballena, prefigurando la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, por lo tanto, el mesianismo y la señal de Dios consiste en la entrega de la vida, por amor a los demás. Jonás decidió voluntariamente que lo arrojaran al mar y este se calmaría. Igual Jesús entregó su vida por amor a la humanidad.
Todo esto significa, que Jonás tuvo que morir simbólicamente, sepultado 3 días en el vientre de la ballena, prefigurando la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, por lo tanto, el mesianismo y la señal de Dios consiste en la entrega de la vida, por amor a los demás. Jonás decidió voluntariamente que lo arrojaran al mar y este se calmaría. Igual Jesús entregó su vida por amor a la humanidad.
Nínive era un pueblo pagano y escucho la prédica de Jonás, hicieron penitencia, se arrepintieron y se convirtieron. Mientras tanto el pueblo judío había escuchado las enseñanza de Jesús y no le creyeron.
Jesús ante esa generación perversa sintió dolor, por los incrédulos que aún seguían pidiendo señales y manifestaciones grandiosas, para acrecentar la fe, porque la falta de fe esteriliza la gracia de Dios en el corazón. Los ninivitas que eran paganos se convirtieron con la prédica de Jonás y los israelitas pueblo elegido y preferido por Dios no se convirtieron con las enseñanzas y prodigios del hijo de Dios.
Jesús también señala que la reina del sur emprendió un largo viaje para escuchar, indagar personalmente la sabiduría del rey Salomón y para ponerlo a prueba. Ella quedó impresionada por cada respuesta, por las todas sus posesiones materiales y acepto su sabiduría en cambio los judíos no aceptaron la sabiduría hecho hombre.
La reina de Saba se desacomodó, para ir escuchar, experimentar la sabiduría de Salomón y Jesús es más que Salomón, es la sabiduría que se revela en la cruz, es tesoro más preciado, es la perla preciosa y llegó a los suyos y ellos no le reconocieron, no lo aceptaron, no comprendieron que Él era el signo del cielo, el mesías prometido, la salvación del mundo.
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