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Mostrando las entradas de mayo 28, 2017

SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS. 4 DE JUNIO DE 2017

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Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11 Todos los discípulos estaban juntos el día de Pentecostés. De repente un ruido del  cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron  aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno.  Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno  en la lengua que el Espíritu le sugería.  Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra.  Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban:  —¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿como es que cada uno  los oímos hablar en nuestra lengua nativa?  Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona d

Lecturas para la Vigilia de Pentecostés Ciclo A (3 de junio de 2017)

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Lectura del libro del Génesis 11, 1-9 Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el hombre) de oriente, encontraron una llanura en el país de Senaar y se establecieron allí. Y se dijeron unos a otros: —«Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos». Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento. Y dijeron: —«Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra». El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo: —«Son un solo pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua, de modo que uno no entienda la lengua del prójimo». El Señor los dispersó por la superficie de la tierra y cesaron de construir la ciudad. Por eso se llama Babel, porque allí confundió el Señ

Lecturas del Viernes de la 7ª semana de Pascua

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Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 25,13-21 En aquellos días, el rey Agripa llegó a Cesarea con Berenice para cumplimentar a Festo, y se entretuvieron allí bastantes días.  Festo expuso al rey el caso de Pablo, diciéndole: «Tengo aquí un preso, que ha dejado Félix; cuando fui a Jerusalén, los sumos sacerdotes y los ancianos judíos presentaron acusación contra él, pidiendo su condena. Les respondí que no es costumbre romana ceder a un hombre por las buenas; primero el acusado tiene que carearse con sus acusadores, para que tenga ocasión de defenderse. Vinieron conmigo a Cesarea, y yo, sin dar largas al asunto, al día siguiente me senté en el tribunal y mandé traer a este hombre. Pero, cuando los acusadores tomaron la palabra, no adujeron ningún cargo grave de los que yo suponía; se trataba sólo de ciertas discusiones acerca de su religión y de un difunto llamado Jesús, que Pablo sostiene que está vivo. Yo, perdido en semejante discusión, le pregunté si quería ir

Lecturas del Jueves de la 7ª semana de Pascua

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Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 22,30;23,6-11 En aquellos días, queriendo el tribuno poner en claro de qué acusaban a Pablo los judíos, mandó desatarlo, ordenó que se reunieran los sumos sacerdotes y el Sanedrín en pleno, bajó a Pablo y lo presentó ante ellos. Pablo sabía que una parte del Sanedrín eran fariseos y otra saduceos y gritó: «Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseo, y me juzgan porque espero la resurrección de los muertos.»  Apenas dijo esto, se produjo un altercado entre fariseos y saduceos, y la asamblea quedó dividida. (Los saduceos sostienen que no hay resurrección, ni ángeles, ni espíritus, mientras que los fariseos admiten todo esto.) Se armó un griterío, y algunos escribas del partido fariseo se pusieron en pie, porfiando: «No encontramos ningún delito en este hombre; ¿y si le ha hablado un espíritu o un ángel?»  El altercado arreciaba, y el tribuno, temiendo que hicieran pedazos a Pablo, mandó bajar a la guarnición para sacarlo de allí y llevárse