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Mostrando las entradas de julio 2, 2017

Lecturas del Jueves 6 de julio. 13ª semana del Tiempo Ordinario

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Lectura del libro del Génesis 22,1-19 En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: «¡Abrahán!»  Él respondió: «Aquí me tienes.»  Dios le dijo: «Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.» Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos.  Y Abrahán dijo a sus criados: «Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar, y después volveremos con vosotros.»  Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos.  Isaac dijo a Abrahán, su padre: «Padre.» Él respondió: «Aquí estoy, hijo mío.»  El muchacho dijo: «Tenemos fuego y leña, pero, ¿dónde está el cordero para el sacrifici

Lecturas del Miércoles 5 de julio. 13ª Semana del Tiempo Ordinario

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Lectura del libro del Génesis 21,5.8-20 Abrahán tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac. El chico creció, y lo destetaron. El día que destetaron a Isaac, Abrahán dio un gran banquete. Pero Sara vio que el hijo que Abrahán había tenido de Hagar, la egipcia, jugaba con Isaac, y dijo a Abrahán: «Expulsa a esa criada y a su hijo, porque el hijo de esa criada no va a repartirse la herencia con mi hijo Isaac.»  Como al fin y al cabo era hijo suyo, Abrahán se llevó un gran disgusto.  Pero Dios dijo a Abrahán: «No te aflijas por el niño y la criada. Haz exactamente lo que te dice Sara, porque es Isaac quien continúa tu descendencia. Aunque también del hijo de la criada sacaré un gran pueblo, por ser descendiente tuyo.» Abrahán madrugó, cogió pan y un odre de agua, se lo cargó a hombros a Hagar y la despidió con el niño. Ella se marchó y fue vagando por el desierto de Berseba. Cuando se le acabó el agua del odre, colocó al niño debajo de unas matas; se apartó y se

Lecturas del Martes 4 de julio. 13ª semana del Tiempo Ordinario

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Lectura del libro del Génesis 19,15-29 En aquellos días, los ángeles urgieron a Lot: «Anda, toma a tu mujer y a esas dos hijas tuyas, para que no perezcan por culpa de Sodoma.»  Y, como no se decidía, los agarraron de la mano, a él, a su mujer y a las dos hijas, a quienes el Señor perdonaba; los sacaron y los guiaron fuera de la ciudad.  Una vez fuera, le dijeron: «Ponte a salvo; no mires atrás. No te detengas en la vega; ponte a salvo en los montes, para no perecer.»  Lot les respondió: «No. Vuestro siervo goza de vuestro favor, pues me habéis salvado la vida, tratándome con gran misericordia; yo no puedo ponerme a salvo en los montes, el desastre me alcanzará y moriré. Mira, ahí cerca hay una ciudad pequeña donde puedo refugiarme y escapar del peligro. Como la ciudad es pequeña, salvaré allí la vida.»  Le contestó: «Accedo a lo que pides: no arrasaré esa ciudad que dices. Aprisa, ponte a salvo allí, pues no puedo hacer nada hasta que llegues.»  Por eso la ciudad se

Lecturas del lunes 3 de julio. Santo Tomás, apóstol

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Lectura de la carta a los Efesios 2,19-22 Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu. Palabra de Dios Sal 116 R/.   Id al mundo entero y proclamad el Evangelio Alabad al Señor, todas las naciones,  aclamadlo todos los pueblos.  R/. Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.  R/. Lectura del santo evangelio según san Juan 20,24-29 Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús.   Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.»  Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los