Lecturas del San Joaquín y santa Ana, padres de la Virgen María
Lectura del libro del Eclesiástico 44,1.10-15 Hagamos el elogio de los hombres de bien, de la serie de nuestros antepasados. Fueron hombres de bien, su esperanza no se acabó; sus bienes perduran en su descendencia, su heredad pasó de hijos a nietos. Sus hijos siguen fieles a la alianza, y también sus nietos, gracias a ellos. Su recuerdo dura por siempre, su caridad no se olvidará. Sepultados sus cuerpos en paz, vive su fama por generaciones; el pueblo cuenta su sabiduría, la asamblea pregona su alabanza. Palabra de Dios Sal 131 R/. El Señor Dios le ha dado el trono de David, su padre El Señor ha jurado a David una promesa que no retractará: «A uno de tu linaje pondré sobre tu trono.» R/. Porque el Señor ha elegido a Sión, ha deseado vivir en ella: «Esta es mi mansión por siempre, aquí viviré, porque la deseo.» R/. «Haré germinar el vigor de David, enciendo una lámpara para mi Ungido. A sus enemigos los vestiré de ignominia,