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Mostrando las entradas de marzo 12, 2017

Lecturas del Viernes 17 de marzo de la 2ª semana de Cuaresma. Ciclo A

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Lectura del libro del Génesis 37,3-4.12-13a.17b-28 Israel amaba a José más que a todos los otros hijos, porque le había nacido en la vejez, y le hizo una túnica con mangas. Al ver sus hermanos que su padre lo prefería a los demás, empezaron a odiarlo y le negaban el saludo. Sus hermanos trashumaron a Siquén con los rebaños de su padre. Israel dijo a José: – «Tus hermanos deben estar con los rebaños en Siquén; ven, que te voy a mandar donde están ellos». José fue tras sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron desde lejos y, antes de que se acercara, maquinaron su muerte. Se decían unos a otros: – «Ahí viene el soñador. Vamos a matarlo y a echarlo en un aljibe; luego diremos que una fiera lo ha devorado; veremos en que paran sus sueños». Oyó esto Rubén, e intentando salvarlo de sus manos, dijo: – «No le quitemos la vida». Y añadió: – «No derraméis sangre; echadlo en este aljibe, aquí en la estepa; pero no pongáis las manos en él». Lo decía para librarlo de sus manos y devol

Lecturas del Jueves 16 marzo de la 2ª semana de Cuaresma. Ciclo A

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Lectura del libro de Jeremías 17,5-10 Esto dice el Señor: «Maldito quien confía en el hombre, y busca el apoyo de las criaturas, apartando su corazón del Señor. Será como cardo en la estepa, que nunca recibe la lluvia; habitará en un árido desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto. Nada hay más falso y enfermo que el corazón: ¿quién lo conoce? Yo, el Señor, examino el corazón, sondeo el corazón de los hombres para pagar a cada cual su conducta según el fruto de sus acciones.» Palabra de Dios Sal 1,1-2.3.4.6 R/.   Dichoso el hombre  que ha puesto su confianza en el Señor Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni entra por la senda de los pecadores, ni se

Lecturas del Miércoles 15 de marzo de la 2ª semana de Cuaresma. Ciclo A

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Lectura del libro de Jeremías 18,18-20 Dijeron: «Venid, maquinemos contra Jeremías, porque no falta la ley del sacerdote, ni el consejo del sabio, ni el oráculo del profeta; venid, lo heriremos con su propia lengua y no haremos caso de sus oráculos.» Señor, hazme caso, oye cómo me acusan. ¿Es que se paga el bien con mal, que han cavado una fosa para mí? Acuérdate de cómo estuve en tu presencia, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu enojo. Palabra de Dios Sal 30,5-6.14.15-16 R/.   Sálvame, Señor, por tu misericordia Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás,  R/. Oigo el cuchicheo de la gente, y todo me da miedo; se conjuran contra mí y traman quitarme la vida.  R/. Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios.» En tu mano están mis azares: líbrame de los enemigos que me persiguen.  R/. Lectura del santo evangelio según san Mateo 20,17-28 En aquel tiempo, mien

Lecturas del Martes 14 de marzo de la 2ª semana de Cuaresma. Ciclo A

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Lectura del libro de Isaías 1,10.16-20 Oíd la palabra del Señor, príncipes de Sodoma, escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: «Lavaos, purificaos, apartad de mi vista vuestras malas acciones. Cesad de obrar mal, aprended a obrar bien; buscad el derecho, enderezad al oprimido; defended al huérfano, proteged a la viuda. Entonces, venid y litigaremos –dice el Señor–. Aunque vuestros pecados sean como púrpura, blanquearán como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana. Si sabéis obedecer, lo sabroso de la tierra comeréis; si rehusáis y os rebeláis, la espada os comerá. Lo ha dicho el Señor.» Palabra de Dios Sal 49,8-9.16bc-17.21.23 R/.   Al que sigue buen camino  le haré ver la salvación de Dios «No te reprocho tus sacrificios , pues siempre están tus holocaustos ante mí. pero no aceptaré un becerro de tu casa, ni un cabrito de tus rebaños.  R/. ¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi ali