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Mostrando las entradas de junio 13, 2018

Lecturas del XI Domingo del Tiempo Ordinario

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Lectura del Profeta Ezequiel 17,22-24 Esto dice el Señor Dios: «Arrancaré una rama del alto cedro y la plantaré. De sus ramas más altas arrancaré una tierna y la plantaré en la cima de un monte elevado; la plantaré en la montaña más alta de Israel; para que eche brotes y dé fruto y se haga un cedro noble. Anidarán en él aves de toda pluma, anidarán al abrigo de sus ramas. Y todos los árboles silvestres sabrán que yo soy el Señor, que humilla los árboles altos y ensalza los árboles humildes, que seca los árboles lozanos y hace florecer los árboles secos. Yo, el Señor, lo he dicho y lo haré.» Palabra de Dios Sal 91,2-3.13-14.15-16 R/.   Es bueno darte gracias, Señor Es bueno dar gracias al Señor y tocar para tu nombre, oh Altísimo, proclamar por la mañana tu misericordia y de noche tu fidelidad.   R/. El justo crecerá como una palmera, se alzará como un cedro del Líbano; plantado en la casa del Señor, crecerá en los atrios de nuestro Dios.  

Lecturas del Sábado 16 de junio. 10ª semana del Tiempo Ordinario

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Lectura del primer libro de los Reyes 19,19-21 En aquellos días, Elías se marchó del monte y encontró a Elíseo, hijo de Safat, arando con doce yuntas en fila, él con la última. Elías pasó a su lado y le echó encima el manto.  Entonces Eliseo, dejando los bueyes, corrió tras Elías y le pidió: «Déjame decir adiós a mis padres; luego vuelvo y te sigo.»  Elías le dijo: «Ve y vuelve; ¿quién te lo impide?» Elíseo dio la vuelta, cogió la yunta de bueyes y los ofreció en sacrificio; hizo fuego con los aperos, asó la carne y ofreció de comer a su gente; luego se levantó, marchó tras Elías y se puso a su servicio. Palabra de Dios Sal 15,1-2a.5.7-8.9-10 R/.   Tú, Señor, eres el lote de mi heredad Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;  yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»  El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;  mi suerte está en tu mano.  R/. Bendeciré al Señor, que me aconseja,  hasta de noche me instruye internamente.  Tengo siempre pr

Lecturas del Viernes 15 de junio. 10ª semana del Tiempo Ordinario

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Lectura del primer libro de los Reyes 19,9a.11-16 En aquellos días, cuando Elías llegó a Horeb, el monte de Dios, se metió en una cueva donde pasó la noche.  El Señor le dijo: «Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar!»  Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hacía trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto. Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.  Entonces oyó una voz que le decía: «¿Qué haces, aquí, Elías?»  Respondió: «Me consume el celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derruido tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo, y me buscan para matarme.»  El Señor dijo: «De

Lecturas de Jueves 14 de junio. 10ª semana del Tiempo Ordinario

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Lectura del primer libro de los Reyes 18,41-46 En aquellos días, Elías dijo a Ajab: «Vete a comer y a beber, que ya se oye el ruido de la lluvia.»  Ajab fue a comer y a beber, mientras Elías subía a la cima del Carmelo; allí se encorvó hacia tierra, con el rostro en las rodillas, y ordenó a su criado: «Sube a otear el mar.»  El criado subió, miró y dijo: «No se ve nada.»  Elías ordenó: «Vuelve otra vez.»  El criado volvió siete veces, y a la séptima dijo: «Sube del mar una nubecilla como la palma de una mano.»  Entonces Elías mandó: «Vete a decirle a Ajab que enganche y se vaya, no le coja la lluvia.»  En un instante se oscureció el cielo con nubes empujadas por el viento, y empezó a diluviar. Ajab montó en el carro y marchó a Yezrael. Y Elías, con la fuerza del Señor, se ciñó y fue corriendo delante de Ajab, hasta la entrada de Yezrael. Palabra de Dios Sal 64,10.11.12-13 R/.   Oh Dios, tú mereces un himno en Sión Tú cuidas de la tierra,  la riegas