Lecturas del Lunes 19 de junio. 11ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura de la Primera Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 6,1-10
Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: «En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda»; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de salvación. Para no poner en ridículo nuestro ministerio, nunca damos a nadie motivo de escándalo; al contrario, continuamente damos prueba de que somos ministros de Dios con lo mucho que pasamos: luchas, infortunios, apuros, golpes, cárceles, motines, fatigas, noches sin dormir y días sin comer; procedemos con limpieza, saber, paciencia y amabilidad, con dones del Espíritu y amor sincero, llevando la palabra de la verdad y la fuerza de Dios. Con la derecha y con la izquierda empuñamos las armas de la justicia, a través de honra y afrenta, de mala y buena fama. Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los penados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobretones que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen.
Palabra de Dios
Sal 97,1.2-3ab.3cd-4
R/. El Señor da a conocer su victoria
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclamad al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 5,38-42
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: "Ojo por ojo, diente por diente". Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.»
Palabra del Señor
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Pablo declara que obra como embajador de Cristo y es como si Dios exhortar a través de él. Estas palabras nos aclara el método el de evangelización, que no es iniciativa propia e individual, sino que es la gracia de Dios que ha llamado al hombre a colaborar en la extensión del Reino de los cielos. El ministerio otorgado por Dios a los evangelizadores brota de la autoridad del Señor y madura con la oración,los sacramentos, la Eucaristía y la lectura y escucha de la Palabra y el orgullo de servir al Evangelio con dignidad y testimonio.
La ley del talión fue una forma de hacer justicia en el Antiguo Testamento, unos 150 años después de la promulgación de un prototipo babilónico, el código Hammburabi; como prescripción de la justicia atribuida a la voluntad de Yahvé y preocupada por salvaguardar la corrección de las relaciones sociales y por consiguiente, el progreso del pueblo.
Jesús cita a la ley del talión para ejemplificar sólo un par de casos de una manera transversal a la Palabra de Dios. La historia de este tipo de venganza facilita la comprensión de la Palabra innovadora de Jesús. La antigua venganza que era tolerada por Yahvé, por así decirlo, es superada por la Ley del amor dada por Jesús. En esta Ley el amor debe traspasar al mal, hay que tener compasión y misericordia, por todos aquellos que nos han echo mal, orar por ellos y perdonar de corazón y así seremos verdaderamente cristianos.
Las bienaventuranzas como la paz, que identifica a los hijos de Dios, la humildad, que se extiende sobre toda la tierra, la misericordia constituyen la sustitución y el soporte de todo tipo de talión o venganza. La Palabra de Dios en los labios de Jesús es la consumación y la elevación al máximo de la Ley y los profetas. Jesús afirmó: Yo no he venido abolir la Ley, he venido a darle plenitud y el mandamiento del amor es la plenitud de la Ley.
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