Lecturas del Miércoles 12 de julio. 14ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura del libro del Génesis 41,55-57;42,5-7.17-24a
Cuando llegaron los años de escasez fue el gran triunfo de José. Gracias a sus previsiones, las gentes tenían algo que comer. la orden del faraón Id a José es la glorificación del humilde esclavo hebreo, encumbrado a la más alta dignidad de Egipto por designios ocultos de Dios, que aprovechará la escasez para que sus hermanos desciendan a Egipto. por la persistente sequí, los pueblos vecinos a egipto tuvieron que ir al país del Nilo a buscar provisiones, ya que por su situación especial era el país donde solían salvar las cosechas aun en tiempo de sequía.
El faraón Amenhemet I se gloría de haber calmado el hambre de sus súbditos en los términos, he dado a los pobres, he alimentado al huérfano he admitido al que no tenía nada como al que tenía algo, he favorecido el cultivo del trigo y amo al dios de la cosecha..
El Evangelio nos narra el envío que el Señor hace a sus discípulos. Primero los empodera de autoridad, la autoridad de vencer el mal, distintos al autoritarismo de someter al hermano. Luego nos da la lista que como está conformada y organizada en ese momento la sociedad, hay gente de trabajo, gente con un bagaje cultural, otros un nivel de vida favorable, los proveniente de la frontera de la Ley y los que son sensible a las problemáticas sociales.
Luego, en forma reiterativa, el Señor demarca el territorio de la misión: "Ir a las ovejas perdidas de Israel", es decir, deben tener conciencia que la primera misión que desarrollarán los discípulos se enmarca en lograr la fidelidad del proyecto de Dios, que establece la relación pastor - rebaño y todo e empeño de los misioneros o debe estar puesto al servicio de preservar la integridad del rebaño, para evitar que el enemigo, el ladrón, destruya o robe, lo que Dios ha colocado en el corazón de su pueblo, por eso tienen potestad para vencer las diferentes expresiones del mal, expulsar espíritus impuros y sanar toda enfermedad y dolencia, según la mentalidad religiosa de la época.
En aquellos días, llegó el hambre a todo Egipto, y el pueblo reclamaba pan al Faraón; el Faraón decía a los egipcios: «Dirigíos a José y haced lo que él os diga.»
Cuando el hambre cubrió toda la tierra, José abrió los graneros y repartió raciones a los egipcios, mientras arreciaba el hambre en Egipto. Y de todos los países venían a Egipto a comprarle a José, porque el hambre arreciaba en toda la tierra. Los hijos de Jacob fueron entre otros a comprar grano, pues había hambre en Canaán. José mandaba en el país y distribuía las raciones a todo el mundo. Vinieron, pues, los hermanos de José y se postraron ante él, rostro en tierra.
Al ver a sus hermanos, José los reconoció, pero él no se dio a conocer, sino que les habló duramente: «¿De dónde venís?»
Contestaron: «De tierra de Canaán, a comprar provisiones.»
Y los hizo detener durante tres días.
Al tercer día, les dijo: «Yo temo a Dios, por eso haréis lo siguiente, y salvaréis la vida: si sois gente honrada, uno de vosotros quedará aquí encarcelado, y los demás irán a llevar víveres a vuestras familias hambrientas; después me traeréis a vuestro hermano menor; así probaréis que habéis dicho la verdad y no moriréis.»
Ellos aceptaron, y se decían: «Estamos pagando el delito contra nuestro hermano, cuando le veíamos suplicarnos angustiado y no le hicimos caso; por eso nos sucede esta desgracia.»
Intervino Rubén: «¿No os lo decía yo: "No pequéis contra el muchacho", y no me hicisteis caso? Ahora nos piden cuentas de su sangre.»
Ellos no sabían que José les entendía, pues había usado intérprete. Él se retiró y lloró; después volvió a ellos.
Palabra de Dios
Sal 32,2-3.10-11.18-19
R/. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
cantadle un cántico nuevo,
acompañando los vítores con bordones. R/.
El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos;
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R/.
Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 10,1-7
En aquel tiempo, Jesús, llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judas Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaria, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca.»
Palabra del Señor
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El faraón Amenhemet I se gloría de haber calmado el hambre de sus súbditos en los términos, he dado a los pobres, he alimentado al huérfano he admitido al que no tenía nada como al que tenía algo, he favorecido el cultivo del trigo y amo al dios de la cosecha..
El Evangelio nos narra el envío que el Señor hace a sus discípulos. Primero los empodera de autoridad, la autoridad de vencer el mal, distintos al autoritarismo de someter al hermano. Luego nos da la lista que como está conformada y organizada en ese momento la sociedad, hay gente de trabajo, gente con un bagaje cultural, otros un nivel de vida favorable, los proveniente de la frontera de la Ley y los que son sensible a las problemáticas sociales.
Luego, en forma reiterativa, el Señor demarca el territorio de la misión: "Ir a las ovejas perdidas de Israel", es decir, deben tener conciencia que la primera misión que desarrollarán los discípulos se enmarca en lograr la fidelidad del proyecto de Dios, que establece la relación pastor - rebaño y todo e empeño de los misioneros o debe estar puesto al servicio de preservar la integridad del rebaño, para evitar que el enemigo, el ladrón, destruya o robe, lo que Dios ha colocado en el corazón de su pueblo, por eso tienen potestad para vencer las diferentes expresiones del mal, expulsar espíritus impuros y sanar toda enfermedad y dolencia, según la mentalidad religiosa de la época.
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