Lecturas del Miércoles 13 de septiembre. 23ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 3,1-11
Pablo señala las consecuencias prácticas que tienen que ver con el estilo de vida cristiano, no presenta un código moral nuevo, toma lo mejor de la cultura existente. La lista de vicios y virtudes no es muy diferente de la lista de los estoicos, que presentaban un elevado ideal de vida. Con todo, hay una diferencia fundamental: la motivación cristológica. Los creyentes constituyen en Cristo una realidad nueva o una nueva creación. El creyente participa en las vicisitudes de Cristo y por consiguiente, se ha revestido del hombre nuevo, que se va renovando a imagen de su creador. La limpieza existencial es, por consiguiente, manifestación de una transformación interna. La novedad de vida es signo de un hombre nuevo que se está formando.
No solo la realidad personal que se transforma, sino que tiene que ser transformada la realidad social, porque Cristo no hace acepción de personas, razas, sexo, clases, etc, Cristo es todo en todos. La transformación personal, en el hombre nuevo, se convierte en principio de transformación de las relaciones sociales, en superación de las barreras puestas por el hombre viejo. Crista es la verdadera renovación de la persona y de la sociedad.
Las bienaventuranzas del Evangelio de Lucas, es una versión diferente a las de Mateo, son menos espirituales. El Cristo de Lucas tiene preferencia por los pobres, cuyo tipo está representado por Lázaro, los ricos deben ser compadecidos, pues están engañado y cegados por las riquezas, son poco piadosos y misericordiosos, son prisioneros de sus preocupaciones y son egocentristas y no le prestan atención al hermano. El dinero es su ídolo, pero se le va de las manos.
Es una invitación al desprendimiento, para apostar por todos los necesitados física y espiritualmente, para mostrar el rostro misericordioso de Jesús. Todo el que posea bienes materiales debe preguntarse hasta que punto es prisionero de esas riquezas. Quien esté absorbido por los bienes materiales, solo piensan en acumular más bienes y no lo comparten con los más pobres.
Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de arriba, no a los de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está con Cristo escondida en Dios. Cuando aparezca Cristo, vida nuestra, entonces también vosotros apareceréis, juntamente con él, en gloria. En consecuencia, dad muerte a todo lo terreno que hay en vosotros: la fornicación, la impureza, la pasión, la codicia y la avaricia, que es una idolatría. Eso es lo que atrae el castigo de Dios sobre los desobedientes. Entre ellos andabais también vosotros, cuando vivíais de esa manera; ahora, en cambio, deshaceos de todo eso: ira, coraje, maldad, calumnias y groserías, ¡fuera de vuestra boca! No sigáis engañándoos unos a otros. Despojaos del hombre viejo, con sus obras, y revestíos del nuevo, que se va renovando como imagen de su Creador, hasta llegar a conocerlo. En este orden nuevo no hay distinción entre judíos y gentiles, circuncisos e incircuncisos, bárbaros y escitas, esclavos y libres, porque Cristo es la síntesis de todo y está en todos.
Palabra de Dios
Sal 144,2-3.10-11.12-13ab
R/. El Señor es bueno con todos
Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza. R/.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.
Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 6,20-26
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas.»
Palabra del Señor
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No solo la realidad personal que se transforma, sino que tiene que ser transformada la realidad social, porque Cristo no hace acepción de personas, razas, sexo, clases, etc, Cristo es todo en todos. La transformación personal, en el hombre nuevo, se convierte en principio de transformación de las relaciones sociales, en superación de las barreras puestas por el hombre viejo. Crista es la verdadera renovación de la persona y de la sociedad.
Las bienaventuranzas del Evangelio de Lucas, es una versión diferente a las de Mateo, son menos espirituales. El Cristo de Lucas tiene preferencia por los pobres, cuyo tipo está representado por Lázaro, los ricos deben ser compadecidos, pues están engañado y cegados por las riquezas, son poco piadosos y misericordiosos, son prisioneros de sus preocupaciones y son egocentristas y no le prestan atención al hermano. El dinero es su ídolo, pero se le va de las manos.
Es una invitación al desprendimiento, para apostar por todos los necesitados física y espiritualmente, para mostrar el rostro misericordioso de Jesús. Todo el que posea bienes materiales debe preguntarse hasta que punto es prisionero de esas riquezas. Quien esté absorbido por los bienes materiales, solo piensan en acumular más bienes y no lo comparten con los más pobres.
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