Lecturas del Miércoles 6 de septiembre. 22ª semana del Tiempo Ordinario

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Colosenses 1,1-8

Pablo, apóstol de Cristo Jesús por designio de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos que viven en Colosas, hermanos fieles en Cristo. Os deseamos la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre. En nuestras oraciones damos siempre gracias por vosotros a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, desde que nos enteramos de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos. Os anima a esto la esperanza de lo que Dios os tiene reservado en los cielos, que ya conocisteis cuando llegó hasta vosotros por primera vez el Evangelio, la palabra, el mensaje de la verdad. Éste se sigue propagando y va dando fruto en el mundo entero, como ha ocurrido entre vosotros desde el día en que lo escuchasteis y comprendisteis de verdad la gracia de Dios. Fue Epafras quien os lo enseñó, nuestro querido compañero de servicio, fiel ministro de Cristo para con vosotros, el cual nos ha informado de vuestro amor en el Espíritu.



Palabra de Dios



Sal 51,10.11 



R/. Confío en tu misericordia, Señor, por siempre jamás

Pero yo, como verde olivo, 
en la casa de Dios, 
confío en la misericordia de Dios 
por siempre jamás. R/.

Te daré siempre gracias 
porque has actuado;
proclamaré delante de tus fieles: 
«Tu nombre es bueno.» R/.



Lectura del santo evangelio según san Lucas 4,38-44


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En aquel tiempo, al salir Jesús de la sinagoga, entró en casa de Simón. La suegra de Simón estaba con fiebre muy alta y le pidieron que hiciera algo por ella. Él, de pie a su lado, increpó a la fiebre, y se le pasó; ella, levantándose en seguida, se puso a servirles. Al ponerse el sol, los que tenían enfermos con el mal que fuera se los llevaban; y él, poniendo las manos sobre cada uno, los iba curando.
De muchos de ellos salían también demonios, que gritaban: «Tú eres el Hijo de Dios.»
Los increpaba y no les dejaba hablar, porque sabían que él era el Mesías. Al hacerse de día, salió a un lugar solitario. La gente lo andaba buscando; dieron con él e intentaban retenerlo para que no se les fuese.
Pero él les dijo: «También a los otros pueblos tengo que anunciarles el reino de Dios, para eso me han enviado.»
Y predicaba en las sinagogas de Judea.

Palabra del Señor

COEMENTARIOS

Colosa, ciudad antigua de Frigia, situada sobre una de las principales vías comerciales de la época. La comunidad está formada, de manera preponderante, por cristianos procedentes del paganismo, aunque incluye también a muchos judíos de la diáspora. Esta doble influencia está relacionada con el motivo del escrito: los cristianos de Colosas están amenazados en la autenticidad de su doctrina por tendencias de tipo sincretista, en las que encontramos huellas tanto del paganismo como del judaísmo. Parce ser que se intentaba proponer una especie de conocimientos basados en los elementos del mundo y en las potencias cósmicas, así como en la observancia minuciosa de diferentes prácticas, como la circuncisión o las normas alimentarias judías.

Pablo no había fundado personalmente esta comunidad, ni tampoco la había visitado nunca. Por eso son importante los mediadores que menciona esta carta, el primero de ellos es Epafras, apóstol de la región y fundador de esta iglesia.

La fe, la caridad y la esperanza son los elementos fundamentales de la comunidad de los colosenses, incluyendo el agradecimiento a Dios; la escucha de la palabra, que es el origen de su llegada a la verdad, la obra de los ministros de Cristo en la difusión del Evangelio. En el centro se encuentra Jesucristo, junto a Dios Padre y el Espíritu Santo. Un agradecimiento que resume toda la economía de la salvación, ésta tiene  su origen en la voluntad del Padre, que la realiza en la persona      del Señor Jesús y se comunica a los hombres a través del anuncio del Evangelio, que conduce a los creyentes a la gracia y a la verdad. Estas últimas, junto con las virtudes teologales, son reflejo del rostro de Dios y la presencia de su Espíritu.

Después de que Jesús había visitado un lugar público,  la Sinagoga y proclamado el texto del profeta Isaías, Se retira a dimensión más íntima, a casa de uno de sus discípulos. El ejerce ante sus propios amigos la autoridad sobre el mal. La fiebre era considerada en la antigüedad como una obra del maligno, porque volvía a la persona débil e inerte. La suegra de Pedro, posiblemente anciana, que paso su vida al cuidado de la casa y su familia, tiene fiebre y es curada por el Señor y empieza a servir al Señor y a los suyos. Todo aquel que ha tenido un encuentro personal con el Señor, tiene intimidad con Él y comienza a servir.

Al ponerse el sol, le llevan a Jesús toda clase de enfermos y con la imposición de manos Él los curaba, esto significa que la plena manifestación del Reino de Dios, ocurre cuando el tiempo gira a su término. Por otra parte la oscuridad y la noche funcionan como imperio del mal, un imperio que envuelve al hombre en las tinieblas mientras no llega la luz verdadera, el enviado de Dios.

La última escena se desarrolla en un lugar desértico, donde Jesús se retira al silencio, siguiendo la tradición de los profetas. Aquí declara a las muchedumbres que le buscan la necesidad de evangelizar " las demás ciudades", a causa del mandato que ha recibido del Padre: Jesús es la luz de Dios enviada a todas las naciones, empezando por las Sinagogas de Judea, es decir, a los que esperan la salvación.

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