Lecturas del Martes 10 de octubre. 27ª semana del Tiempo Ordinario

Lectura del libro de profeta Jonás 3,1-10

En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: «Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar allí el mensaje que te voy a indicar».
Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. 
Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: «Dentro de cuarenta días Nínive será destruida».
Los ninivitas creyeron en Dios: ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: «Que hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban. Que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios, y que cada uno se arrepienta de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos».
Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles.


Palabra de Dios

Sal 129


R/. Si llevas cuentas de los dleitos, Señor,
¿quién podrá resistir?

Desde el lo hondo a ti grito, Señor; 
Señor, escucha mi voz; 
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

Si llevas cuentas de los doleitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R/.

Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.



Lectura del santo Evangelio según san Lucas 10,38-42

Resultado de imagen para lucas 10 38-42En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Esta tenía una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. 
Y Marta, se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano».
Pero el Señor le contestó: «Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor y no se la quitarán.»

Palabra del Señor

COMENTARIOS

El Señor, como sino hubiese pasado nada, se dirige a Jonás y lo envía a predicar a Nínive. Jonás parte sin hacer objeciones, más aún, hasta parece contento de poder proclamar a los cuatro vientos que Nínive será destruida pronto. La ciudad de Nínive está presentada como una ciudad grande. Nínive tuvo un perímetro amurallado de 12 Km, una metrópoli para aquellos tiempos, pero el texto hace una narración exagerada. El rey anónimo manda hacer penitencia a todos, incluso a los animales, que resulta pintoresco y exagerado.

Nínive es una ciudad pagana y cruel, enemiga mortal de  Israel, se convierte, se vuelve a trás, por eso Dios retira el castigo y cambia su propósito de destruir esta ciudad. Cuando alguien está alejado de Dios, por su y conducta, está dispuesto a cambiar de vida, Dios se muestra misericordioso, no sólo con Israel, sino con todas aquellas personas que lo buscan sinceramente, se arrepienten y comienza un cambio de mentalidad y de vida.

La enseñanza de este libro es que la salvación es para todos, porque Dios se compadece de todos y no conden aquel comienza el proceso de conversión.

En el texto evangélico de Marta y María prevalece la escucha de la Palabra. El servicio al prójimo, alcanza su perfección cuando es fruto de la escucha de la Palabra, pero sobre todo cuando se hace con amor. Aunque mucha veces el servicio prestado puede generar estrés, incluso desviar del camino del Señor. La mejor parte que no será quitada es la inmersión a la voluntad de Dios, porque quien hace la voluntad de Dios permanece  para siempre. si Marta en medio de sus afanes se dejase iluminar por Jesús, podría servirles mejor y no correría el riesgo de llevarle quejas o cosas que a Jesús no le interesa.

La tentación de subordinar las cosa de Dios a nuestras propias urgencias e intereses, se puede superar con la lectura y escucha de la Palabra, con una actitud de verdadero discípulos a los pies de Jesús. El discípulo es aquel que se comporta como prójimo, porque participa del dolor del otro y de la compasión misma de Dios.   



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