Lecturas del Martes 31 de octubre. 30ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 8,18-25
Hemos sido justificados por la gracia de Dios, por medio de la fe en el poder del Espíritu Santo. Ahora somos hijos de Dios, libres por Dios y coherederos de Cristo. Pablo establece la relación entre el padecimiento del tiempo presente y la gloria que un día se nos revelará. La vida cristiana se desarrolla de hecho entre el ya y el todavía no, entre un presente que frecuentemente se caracteriza por las penumbras de la duda y las pruebas de dolor y un futuro que deja entrever un horizonte de luz y paz.
No solo los cristianos, sino la creación entera vive y sufre esta impaciente espera de la revelación de lo que serán los hijos de Dios. En cada persona se comparte el misterio pascual de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz, que constituyen ahora la clave con la que podemos descodificar los misterios de la historia. El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, en cuanto señor del orden creado, está llamado a vivir en primera persona, el drama de una expectativa que parece no acabar nunca, de un goce que no parece satisfacer nunca del todo.
La adopción filial, también es nuestra salvación y está adquirida, por la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, aunque esperamos todavía su plena realización. Nuestra tarea, concluye el apóstol, consiste en perseverar mientras esperamos.
En el Evangelio, el mensaje tiene un punto de partida, que es pequeño e insignificante y el punto de llegada, es grande e imponente. La semilla es pequeña y al lado lo que es grande, el árbol. de algo pequeño, nace algo grande y majestuoso.
Jesús compara el reino de Dios con el crecimiento de una semilla, un pequeño grano de mostaza que se convierte en un gran arbusto. En el lago de Genesaret, la planta de mostaza alcanza una altura de 2 o 3 metros, esta planta no es un árbol que pueda anidar pájaros en sus ramas. Lucas menciona esto, no se trata de unos conocimientos insuficientes de la flora y la fauna, el quiere hacer un contraste entre el pequeño grano de mostaza y el arbusto terminado de crecer. El crecimiento se produce, durante un proceso misterioso pero perceptible.
En la interpretación judía de las Escrituras, los pájaros podían ser identificados con los paganos, con esto Lucas insinúa que el Reino de Dios, en la predicación de la iglesia, romperá el espacio del judaísmo y que también los paganos tendrán parte de él.
Sostengo que los sufrimientos de ahora no pesan lo que la gloria que un dia se nos descubrirá. Porque la creación, expectante, está aguardando la plena manifestación de los hijos de Dios; ella fue sometida a la frustración, no por su voluntad, sino por uno que la sometió; pero fue con la esperanza de que la creación misma se vería liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que hasta hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvados. Y una esperanza que se ve ya no es esperanza. ¿Cómo seguirá esperando uno aquello que ve? Cuando esperamos lo que no vemos, aguardamos con perseverancia.
Palabra de Dios
Sal 125,1-2ab.2cd-3.4-5.6
R/. El Señor ha estado grande con nosotros
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares. R/.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres. R/.
Que el Señor cambie nuestra suerte,
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares. R/.
Al ir, iba llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelve cantando,
trayendo sus gavillas. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,18-21
En aquel tiempo, decía Jesús: «¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas.»
Y añadió: «¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta.»
Palabra del Señor
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No solo los cristianos, sino la creación entera vive y sufre esta impaciente espera de la revelación de lo que serán los hijos de Dios. En cada persona se comparte el misterio pascual de la muerte a la vida, de las tinieblas a la luz, que constituyen ahora la clave con la que podemos descodificar los misterios de la historia. El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, en cuanto señor del orden creado, está llamado a vivir en primera persona, el drama de una expectativa que parece no acabar nunca, de un goce que no parece satisfacer nunca del todo.
La adopción filial, también es nuestra salvación y está adquirida, por la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, aunque esperamos todavía su plena realización. Nuestra tarea, concluye el apóstol, consiste en perseverar mientras esperamos.
En el Evangelio, el mensaje tiene un punto de partida, que es pequeño e insignificante y el punto de llegada, es grande e imponente. La semilla es pequeña y al lado lo que es grande, el árbol. de algo pequeño, nace algo grande y majestuoso.
Jesús compara el reino de Dios con el crecimiento de una semilla, un pequeño grano de mostaza que se convierte en un gran arbusto. En el lago de Genesaret, la planta de mostaza alcanza una altura de 2 o 3 metros, esta planta no es un árbol que pueda anidar pájaros en sus ramas. Lucas menciona esto, no se trata de unos conocimientos insuficientes de la flora y la fauna, el quiere hacer un contraste entre el pequeño grano de mostaza y el arbusto terminado de crecer. El crecimiento se produce, durante un proceso misterioso pero perceptible.
En la interpretación judía de las Escrituras, los pájaros podían ser identificados con los paganos, con esto Lucas insinúa que el Reino de Dios, en la predicación de la iglesia, romperá el espacio del judaísmo y que también los paganos tendrán parte de él.
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