Lecturas del Jueves 18 de enero. 2ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura del primer libro de Samuel 18,6-9;19,1-7
El libro de Samuel narra la irrupción de un agudo sentimiento de celos por parte del rey Saúl contra David. En compensación, surge la gracia divina que actúa de un modo claro en la vida de david, gracia a su valor, se está afirmando como el elegido del Señor. saúl por el contrario, se muestra más interesado por su prestigio personal que por el beneficio
de la nación a la que debe servir.
Impulsado por la gran amistad que ha entablado David con Jonatán, consigue superar el espíritu de servilismo y autodefensa que reina ahora en la corte. Una pasión movida por la envidia agrede al consagrado del Señor y una pasión movida por la amistad lo salva. A través de nuestras pasiones pasan grandes males y grandes bienes. El Señor puede obrar a través de ellas.
El Evangelio es narrado en un espacio abierto, Jesús se retira con sus discípulos y lo sigue espontáneamente una multitud que sólo le interesan los milagros, ellos saben que Jesús puede curarlos integralmente. El seguimiento a Jesús aún imperfecto, por la gran afluencia de gente que vienen de todas partes a encontrarse con Él, nos hace un llamado a que debemos abrirnos a sus enseñanza y estilo de vida y creer en Él.
Los discípulos están inmersos en la actividad de Jesús, protegiéndolo y asistiéndolo, ellos actúan como orientadores de la fe. La persona que se identifica con Jesús, comienza a convertirse en una persona diversamente interpretada, una persona incómoda para los fariseos y herodianos, son entendido pero no aceptado, conocido pero no amado, es decir, que no puede dejar el anuncio de Jesús a los malos intencionados, pues estos pueden ser fuentes de equivocaciones para quienes empiezan a creer. Una persona utilizada por la multitud que quiere ser curad y es aceptado porque es útil.
Cuando volvieron de la guerra, después de haber matado David al filisteo, las mujeres de todas las poblaciones de Israel salieron a cantar y recibir con bailes al rey Saúl, al son alegre de panderos y sonajas.
Y cantaban a coro esta copla: «Saúl mató a mil, David a diez mil.»
A Saúl le sentó mal aquella copla, y comentó enfurecido: «iDiez mil a David, y a mí mil! iYa sólo le falta ser rey!»
Y, a partir de aquel dia, Saúl le tomó ojeriza a David. Delante de su hijo Jonatán y de sus ministros, Saúl habló de matar a David.
Jonatán, hijo de Saúl, quería mucho a David y le avisó: «Mi padre Saúl te busca para matarte. Estate atento mañana y escóndete en sitio seguro; yo saldré e iré al lado de mi padre, al campo donde tú estés; le hablaré de ti y, si saco algo en limpio, te lo comunicaré.»
Así, pues, Jonatán habló a su padre Saúl en favor de David: «¡Que el rey no ofenda a su siervo David! Él no te ha ofendido. y lo que él hace es en tu provecho: se jugó la vida cuando mató al filisteo, y el Señor dio a Israel una gran victoria; bien que te alegraste al verlo. ¡No vayas a pecar derramando sangre inocente, matando a David sin motivo!»
Saúl hizo caso a Jonatán y juró: «¡Víve Dios, no morirá!»
Jonatán llamó a David y le contó la conversación; luego lo llevó adonde Saul, y David siguió en palacio como antes.
Palabra de Dios
Sal 55,2-3.9-10.11-12.13
R/. En Dios confío y no temo
Misericordia, Dios mío, que me hostigan,
me atacan y me acosan todo el día;
todo el día me hostigan mis enemigos,
me atacan en masa. R/.
Anota en tu libro mi vida errante,
recoge mis lágrimas en tu odre, Dios mío.
Que retrocedan mis enemigos cuando te invoco,
y así sabré que eres mi Dios. R/.
En Dios, cuya promesa alabo,
en el Señor, cuya promesa alabo,
en Dios confío y no temo;
¿qué podrá hacerme un hombre? R/.
Te debo, Dios mío, los votos que hice,
los cumpliré con acción de gracias. R/
Lectura del santo evangelio según san Marcos 3,7-12
En aquel tiempo, Jesús se retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de Jerusalén y de Idumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón. Encargó a sus discípulos que le tuviesen preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío. Como había curado a muchos, todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo.
Cuando lo veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios.»
Pero él les prohibía severamente que lo diesen a conocer.
Palabra del Señor
de la nación a la que debe servir.
Impulsado por la gran amistad que ha entablado David con Jonatán, consigue superar el espíritu de servilismo y autodefensa que reina ahora en la corte. Una pasión movida por la envidia agrede al consagrado del Señor y una pasión movida por la amistad lo salva. A través de nuestras pasiones pasan grandes males y grandes bienes. El Señor puede obrar a través de ellas.
El Evangelio es narrado en un espacio abierto, Jesús se retira con sus discípulos y lo sigue espontáneamente una multitud que sólo le interesan los milagros, ellos saben que Jesús puede curarlos integralmente. El seguimiento a Jesús aún imperfecto, por la gran afluencia de gente que vienen de todas partes a encontrarse con Él, nos hace un llamado a que debemos abrirnos a sus enseñanza y estilo de vida y creer en Él.
Los discípulos están inmersos en la actividad de Jesús, protegiéndolo y asistiéndolo, ellos actúan como orientadores de la fe. La persona que se identifica con Jesús, comienza a convertirse en una persona diversamente interpretada, una persona incómoda para los fariseos y herodianos, son entendido pero no aceptado, conocido pero no amado, es decir, que no puede dejar el anuncio de Jesús a los malos intencionados, pues estos pueden ser fuentes de equivocaciones para quienes empiezan a creer. Una persona utilizada por la multitud que quiere ser curad y es aceptado porque es útil.
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