Lecturas del Martes 23 de enero. 3ª semana del tiempo ordinario

Lectura del segundo libro de Samuel 6,12b-15.17-19

En aquellos días, fue David y llevó el arca de Dios desde la casa de Obededom a la Ciudad de David, haciendo fiesta. Cuando los portadores del arca del Señor avanzaron seis pasos, sacrificó un toro y un ternero cebado. E iba danzando ante el Señor con todo entusiasmo, vestido sólo con un roquete de lino. Así iban llevando David y los israelitas el arca del Señor entre vítores y al sonido de las trompetas. Metieron el arca del Señor y la instalaron en su sitio, en el centro de la tienda que David le había preparado. David ofreció holocaustos y sacrificios de comunión al Señor y, cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor de los ejércitos; luego repartió a todos, hombres y mujeres de la multitud israelita, un bollo de pan, una tajada de carne y un pastel de uvas pasas a cada uno. Después se marcharon todos, cada cual a su casa.

palabra de Dios

Sal 23,7.8.9.10

R/. ¿Quién es ese Rey de la gloria?
Es el Señor en persona


¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, héroe valeroso;
el Señor, héroe de la guerra. R/.

¡Portones!, alzad los dinteles,
que se alcen las antiguas compuertas:
va a entrar el Rey de la gloria. R/.

¿Quién es ese Rey de la gloria?
El Señor, Dios de los ejércitos
Él es el Rey de la gloria. R/.

Lectura del santo evangelio según san Marcos 3,31-35
Imagen relacionada

En aquel tiempo, llegaron la madre y los hermanos de Jesús y desde fuera lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dijo: «Mira, tu madre y tus hermanos están fuera y te buscan.»
Les contestó: «¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?»
Y, paseando la mirada por el corro, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.»

Palabra del Señor

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El texto del segundo libro de Samuel está dedicado al Arca de Dios. El Arca es símbolo la presencia del Señor, contenía las tabla de la Ley, entregadas a Moisés en el Sinaí. Había seguido la peregrinación del pueblo desde el Éxodo a la conquista de la Tierra y siguió las vicisitudes alternas de la guerra contra los filisteos. Una vez consolidado el reino, establecida la ciudad de Jerusalén y vencidos los filisteos, David dudo primero en llevar el arca a la ciudad santa, retenido por el temor sagrado que ésta difunde a su alrededor. Decide hacerlo cuando consigue saber que ha descendido la bendición del Señor sobre la casa que custodia el arca, signo que transforma el temor en confianza.

El traslado del arca es ocasión de fiesta para el pueblo y para el rey, David muestra abiertamente su alegría danzando, ceñido con un efod de lino ( vestidura sacerdotal). Todavía no hay ningún templo en la ciudad y colocan el arca en una tienda, ésta, signo de la movilidad del pueblo y del mismo Dios, recuerda a los israelitas que no pueden apoderarse de la presencia del Señor, como si lo hicieran los prisioneros. Los holocaustos, los sacrificios de comunión y la comida sagrada, el pan , la carne, la uva, distribuida por David a todos sellan la ceremonia. El Arca, instrumento de batalla durante la guerra contra los filisteos, se convierte ahora en signo de paz y prosperidad.

El Evangelio se presenta una situación conflictiva entre la nueva comunidad de fe elegida por Jesús y las obligaciones con su familia. Las exigencia del llamado para formar el grupo de los discípulos tienen primacía sobre las de la propia familia.

Cuando un hombre opta por la vida de fe y cuando Jesús ha llamado al grupo de discípulo con una tarea especial, las condiciones de la comunidad reunida en torno a Jesús priman y la condición para pertenecer a esta comunidad es cumplir la voluntad de Dios, como lo hizo Jesús.  Cuando la familia se opone a la exigencia de la comunidad y hay enfrentamiento de valores entre ellos, Jesús opta por una nueva familia que supera a los lazos de sangre y cumplen la voluntad de Dios.  

En el A.T y el judaísmo, Dios manifiesta su voluntad en forma de bendición y de mandamientos. Se trata de llevar a cabo el mandamiento principal de amar a Dios y al prójimo. Ese mandamiento está en el corazón del hombre de modo que lo pueda cumplir, observar y realizar.

La causa de la reacción de la familia de Jesús, parece ser el miedo ante la represión, porque quieren obligarlo a que se adapte, incluso utilizando la violencia, esto va en contra el mandamiento del amor a Dios y al prójimo, como Jesús lo sigue y enseña.






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