Lecturas del Martes 20 de marzo. 5ª semana de Cuaresma


Lectura del libro de los Números 21,4-9


En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edón.
El pueblo se cansó de caminar y habló contra Dios y contra Moisés:
«¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náuseas ese pan sin sustancia».
El Señor envió contra el pueblo serpientes abrasadoras, que los mordían, y murieron muchos de Israel.
Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo:
«Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes».
Moisés rezó al Señor por el pueblo y el Señor le respondió:
«Haz una serpiente abrasadora y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla».
Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a alguien, este miraba a la serpiente de bronce y salvaba la vida.



Palabra de Dios



Sal 101,2-3.16-18.19-21


R/. Señor, escucha mi oración, 
que mi grito llegue hasta ti

Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco,
escúchame enseguida. R/.

Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.



Resultado de imagen para juan 8 21-30
Lectura del santo evangelio según san Juan 8,21-30


En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros».
Y los judíos comentaban:
«¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: “Donde yo voy no podéis venir vosotros”?».
Y él les dijo:
«Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que Yo soy, moriréis en vuestros pecados».
Ellos le decían:
«¿Quién eres tú?».
Jesús les contestó:
«Lo que os estoy diciendo desde el principio. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me ha enviado es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él».
Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre.
Y entonces dijo Jesús:
«Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, sabréis que “Yo soy”, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada».
Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.

Palabra del Señor

COMENTARIOS

El fragmento presenta otro episodio de protesta de pueblo durante el Éxodo. Los israelitas, agotados por el viaje, nunca satisfecho con los signos de poder y providencia que el Señor les manifiesta, murmuran contra Dios y contra su mediador,  Moisés. Viene el castigo, las picaduras de serpientes venenosas, pero pronto se transforma en misericordia. El recurso es la serpiente de bronce alzada en un estandarte, a la que miraban con fe, para curarse de las mordeduras letales. Si no estuviese en el contexto de este episodio sería un gesto idolátrico. La tradición Yahvista vincula este objeto de culto, que luego destruirá el rey  Ezequías a la sabia pedagogía de Yahvé. Por la mediación de Moisés, ofreció a su pueblo la posibilidad de evitar ceder a los cultos de las naciones paganas vecinas que veneraban de un modo particular a las serpientes.

Gracias a tal legitimación, la serpiente elevada en el estandarte se convierte en un signo que se prolonga y cumple en el Evangelio. Si para el pueblo en el desierto el signo expresa misericordia de Dios poniendo remedio al castigo, en el Evangelio Cristo, exaltado en la cruz, muestra a la vez el castigo y la misericordia. Jesús, cordero inmolado por nuestros pecados y a la vez, la mayor manifestación   del poder divino que sana el pecado.

El nuevo conflicto con los jefes de los judíos se sitúa en el área del templo y está escalonado por la revelación de la divinidad de Jesús ( Yo soy). De nuevo se brinda a los judíos la posibilidad de aclarar el misterio del Hijo del Hombre. Pero ellos lo rechazaron obstinadamente, entendiendo mal las afirmaciones sobre su inminente partida y las afirmaciones sobre su identidad como enviado de Dios y su revelador definitivo.

Jesús es signo de contradicción y lo será sobre todo cuando sea elevado en la cruz, donde, dando cumplimiento al designio de salvación, revelará los pensamientos secretos del corazón y manifestará plenamente su identidad de Hijo que dice y hace siempre lo que agrada al padre.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Lecturas del San Mateo, apóstol y evangelista

Lectura del Jueves de la Octava de Pascua

Lecturas del Lunes de la III Semana de Pascua