Vigilia Pascual







LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS 1,1-26- 31,a

Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era un caos informe; sobre la faz del Abismo, la tiniebla. Y el Aliento de Dios se cernía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Qué exista la luz. Y la luz existió. Y vio Dios que la luz era buena. Y separó Dios la luz de las tinieblas: llamó Dios a la luz "Día"; a las tinieblas "Noche"; pasó una tarde, pasó una mañana: el día primero.
Y dijo Dios: Que exista una bóveda entre las aguas, que separe aguas de aguas: E hizo Dios una bóveda y separó las aguas de debajo de la bóveda de las aguas de encima de la bóveda. Y así fue. Y llamó Dios a la bóveda "Cielo". —Pasó una tarde, pasó una mañana: el día segundo.
Y dijo Dios: Que se junten las aguas de debajo del cielo en un solo sitio, y que aparezcan los continentes. Y así fue. Y llamó Dios a los continentes "Tierra" y a la masa de las aguas la llamó "Mar". Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Verdee la tierra hierba verde, que engendren semillas y árboles frutales que den fruto según su especie, y que lleven semilla sobre la tierra. Y así fue. La tierra brotó hierba verde que engendraba semilla según su especie, y árboles que daban fruto y llevaban semilla según su especie. Y vio Dios que era bueno. —Pasó una tarde, pasó una mañana: el día tercero.
Y dijo Dios: Que existan lumbreras en la bóveda del cielo, para separar el día de la noche, para señalar las fiestas, los días y los años; y sirvan de lumbreras en la bóveda del cielo para dar luz sobre la tierra. Y así fue. E hizo Dios dos lumbreras grandes: la lumbrera mayor para regir el día, y la lumbrera menor para regir la noche; y las estrellas. Y las puso Dios en la bóveda del cielo para dar luz sobre la tierra; para regir el día y la noche, para separar la luz de la tiniebla. Y vio Dios que era bueno. -Pasó una tarde, pasó una mañana: el día cuarto.
Y dijo Dios: pululen las aguas un pulular viviente, y pájaros vuelen sobre la tierra frente a la bóveda del cielo. Y creó Dios los cetáceos y los vivientes que se deslizan y que el agua hace pulular según sus especies, y las aves aladas según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Y Dios los bendijo diciendo: Creced, multiplicaos, llenad las aguas del mar, que las aves se multipliquen en la tierra. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día quinto.
Y dijo Dios: Produzca la tierra vivientes según sus especies: animales domésticos, reptiles y fieras según sus especies, los animales domésticos según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno.
Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, los reptiles de la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Creced y multiplicáos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces de mar, las aves del cielo, los vivientes que se mueven sobre la tierra.
Y dijo Dios: Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la faz de la tierra; y todos los árboles frutales que engendran semilla os servirán de alimento; y a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra. A todo ser que respira, la hierba verde les servirá de alimento. Y así fue. Y vio Dios todo lo que había hecho: y era muy bueno.
Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. Quedaron concluidos el cielo y la tierra y sus ejércitos. Y concluyó Dios para el día séptimo todo el trabajo que había hecho; y descansó el día séptimo de todo el trabajo que había hecho.

Palabra de Dios
SALMO 103

R.- ENVÍA TU ESPÍRITU, SEÑOR, Y REPUEBLA LA FAZ DE LA TIERRA

Bendice, alma mía, al Señor,
¡Dios mío, qué grande eres!
Te vistes de belleza y majestad,
la luz te envuelve como un manto. R.-

Asentaste la tierra sobre tus cimientos,
y no vacilará jamás;
la cubriste con el manto del océano,
y las aguas se posaron sobre las montañas. R.-

De los manantiales sacas los ríos
para que fluyan entre los montes,
junto a ellos habitan las aves del cielo
y entre frondas se oye su canto. R.-

Desde tu morada riegas los montes,
y la tierra se sacia de tu acción fecunda;
haces brotar hierba para los ganados
y forrajes para los que sirven al hombre. R.-

¡Cuántas son tus obras Señor!,
y todas las hiciste con sabidurías,
la tierra está llena de tus criaturas.
¡Bendice, alma mía, al Señor! R.-

(O bien puede leerse estre otro salmo, que aparece a continuación)

SALMO 32

R.- LA MISERICORDIA DEL SEÑOR LLENA LA TIERRA

La palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales.
El ama de justicia y de derecho,
Y su misericordia llena la tierra. R.-

La palabra del señor hizo el cielo,
el aliento de su boca, sus ejércitos;
encierra en un odre las aguas marinas,
mete en un depósito el océano. R.-

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que Él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
y se fija en todos los hombres. R.-

Nosotros guardamos al Señor:
Él es nuestro auxilio y escudo.
Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti. R.-

COMENTARIOS

La narración de la creación, con la que comienza las Sagradas escrituras, nos lleva al principio,cuando la Palabra de Dios se alza potente sobre el caos primordial y de la desolación tenebrosa aca el universo armoniosamente ordenado. Todo corresponde a la voluntad divina, todo ordenado para un fin y aprobado por el omnipotente. El vértice de la creación es el hombre, única criatura hecha a su imagen y su semejanza, su obra maestra, como lo indica la declaración: "Y todo era muy bueno". Dios tiene en el hombre un interlocutor al que puede confiar el servicio y honor de cuidar de las demás criaturas. Todo es armonía y belleza, paz y dicha. Como al principio las tinieblas cubrían el abismo, así ahora la bendición de Dios penetra y sostiene cada cosa, y todo refleja el esplendor divino.
LECTURA DEL LIBO DEL GÉNESIS 22,1-18

En aquellos días, Dios puso a prueba a Abrahán llamándole:
— ¡Abrahán!
Él respondió:
— Aquí me tienes.
Dios le dijo:
—Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moría y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré.
Abrahán madrugó, aparejó el asno y se llevó consigo a dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar que le había indicado Dios. El tercer día levantó Abrahán los ojos y descubrió el sitio de lejos. Y Abrahán dijo a sus criados: "Quedaos aquí con el asno; yo con el muchacho iré hasta allá para adorar y después volveremos con vosotros."
Abrahán tomó la leña para el sacrificio, se la cargó a su hijo Isaac, y él llevaba el fuego y el cuchillo. Los dos caminaban juntos. Isaac dijo a Abrahán, su padre: "Padre" Él respondió: "Aquí estoy, hijo mío." El muchacho dijo: "Tenemos fuego y leña, pero ¿dónde está el cordero para el sacrificio?" Abrahán contestó: "Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío."
Y siguieron caminando juntos. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí el altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo:
— ¡Abrahán, Abrahán!
Él contestó:
—Aquí me tienes.
El ángel le ordenó:
—No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, tu único hijo.
Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, Tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. Abrahán llamó aquel sitio "El Señor ve", por lo que se dice aún hoy "El monte del Señor ve".
El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo:
—Juro por mí mismo -oráculo del Señor-: por haber hecho esto, por no haberte reservado tu hijo, tu único hijo, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistarán las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido.

Palabra de Dios
 SALMO 15

R.- PROTÉGEME, DIOS MÍO, QUE ME REFUGIO EN TI

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa,
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.-

Por eso se me alegra el corazón,
se gozan en mies entrañas,
y mi carne descansa serena:
porque no me entregarás a la muerte
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R.-

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua en tu derecha. R.


 COMENTARIOS

Después del pecado y la expulsión del edén, el hombre vive alejado del rostro de su Dios, pero siendo creado a su imagen y semejanza, siente una nostalgia de Él. Su patria es el cielo, la tierra, un destierro. Nómada por vocación, camina con la esperanza de que un día su peregrinar y su sufrimiento acabará.

Abraham se distingue por la pureza de su fe, con la que testimonia su amor al Altísimo, al que rinde una obediencia incondicionada, hasta no negarle a Isaac, su único hijo, el hijo de la promesa. Figura de Cristo en su total disponibilidad a cumplir la voluntad de Dios, Abraham es imagen del Padre, que en el exceso de su amor por el hombre no perdonará a su Hijo Unigénito, sino que lo entregará a la muerte para la salvación de todos.


LECTURA DEL LIBRO DEL ÉXODO 14, 15-15,1


En aquellos días dijo el Señor a Moisés:
— ¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y todo su ejército, de sus carros y de los guerreros.
Se puso en marcha, el ángel del Señor, que iba al frente del ejército de Israel, y pasó a retaguardia. También la columna de nube de delante se desplazó de allí y se colocó detrás, poniéndose entre el campamento de los egipcios y el campamento de los israelitas. La nube era tenebrosa y transcurrió toda la noche sin que los ejércitos pudieran trabar contacto. Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del Este que secó el mar y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos en medio del mar todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros.
Mientras velaban al amanecer, miró el Señor el campamento egipcio desde la columna de fuego y nube sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente. Y dijo Egipto: “Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.”
Dijo el Señor a Moisés:
—Extiende tu mano sobre el mar y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios huyendo iban a su encuentro y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por el seco en medio del mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda.
Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar: Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo. Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron este canto al Señor.

Palabra de Dios

 SALMO Ex 15, 1-6, 17-18

R.- CANTARÉ AL SEÑOR, SUBLIME ES SU VICTORIA.

Cantaremos al Señor, sublime es su victoria:
caballos y carros ha arrojado en el mar.
Mi fuerza y mi poder es el Señor, él es mi salvación.
Él es mi Dios: yo lo alabaré;
el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré. R.-

El Señor es un guerrero,
su nombre es el Señor.
Los carros del Faraón los lanzó al mar,
ahogó en el Mar Rojo a sus mejores capitanes. R.-

Las olas los cubrieron,
bajaron hasta el fondo como piedras.
Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible,
tu diestra, Señor, tritura al enemigo. R.-

Los introduces y los plantas en el monte de tu heredad,
lugar del que hiciste tu trono, Señor;
santuario, Señor, que fundaron tus manos.
El Señor reina por siempre jamás. R.

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Instalado en Egipto por causa de una hambruna, el pueblo elegido fue reducido a la esclavitud, pero Dios escucho el grito de su pueblo y suscitó un libertador de en medio del pueblo, Moisés, figura de Cristo, que vendrá a liberar la humanidad entera de la esclavitud mucho más grave, la del pecado. Bajo la guía de Moisés, el pueblo se dirige hacía la tierra prometida. Pero las inevitables fatigas y los peligros del camino se convierten pronto en una fuente de tentación, entregarse en manos de los egipcios que, potentemente armados, les persiguen, mientras delante de ellos se extiende, inmenso, el mar Rojo. En esta situación limite, donde el hombre experimenta toda su debilidad, interviene la omnipotencia de Dios. 

Moisés el designado para exhortar al pueblo y para extender la mano sobre las aguas. hasta aquí el papel de mediador, luego cambia el sujeto, Moisés pasa a segundo plano y aparece con todo su poder Yahvé, que vuelve a empujar el mar, mira desde lo alto, derrota a los egipcios y los arrolla. las aguas del mar Rojo, que era una amenaza de muerte, se convierten en fuente de salvación.

El paso del mar aparece a los ojos de los protagonistas con una impresionante revelación del Dios que guía el curso de la historia. El relato concluye con tres verbos fundamentales: el pueblo vio, temió y creyó, verbos que reaparecen en las narraciones evangélicas de la resurrección. Las maravillas realizadas por el Señor refuerzan la fe de los liberados, que pueden reemprender el camino y exaltar solemnemente la experiencia vivida, como aparece en el cántico de Moisés. 
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 54, 5-14

El que te hizo te tomará por esposa: su nombre es el Señor de los Ejércitos, Tu redentor es el Santo de Israel, se llama Dios de toda la tierra. Como a mujer abandonada y abatida te vuelve a llamar el Señor; como a esposa de juventud, repudiada -dice tu Dios. Por un instante te abandoné, pero con gran cariño te reuniré. En un arrebato de ira te escondí un instante mi rostro, pero con misericordia eterna te quiero -dice el Señor, tu Redentor.
Me sucede como en tiempo de Noé: Juré que las aguas del diluvio no volverían a cubrir la tierra; así juro no airarme contra ti ni amenazarte. Aunque se retiren los montes y vacilen las colinas, no se retirará de ti mi misericordia ni mi alianza de paz vacilará -dice el Señor, que te quiere.
¡Oh, afligida zarandeada, desconsolada! Mira, yo mismo coloco tus piedras sobre azabaches, tus cimientos sobre zafiros; te pondré almenas de rubí, y puertas de esmeralda, y murallas de piedras preciosas. Tus hijos serán discípulos del Señor, tendrán gran paz tus hijos. Tendrás firme asiento en la justicia. Estarás lejos de la opresión, y no tendrás que temer, y lejos del terror, que no se acercará.

Palabra de Dios

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Como respuesta al cántico de Moisés que el  pueblo elevó a su Dios, quien ha experimentado la omnipotencia de Dios en medio de la dificultad. La infidelidad de Israel al pacto de la alianza sellada solemnemente en el Sinaí y renovada muchas veces. 

todo esto queda en un segundo plano, es un pasado cancelado y perdonado, por el inmenso amor del Señor, el Dios fiel, que se une a su pueblo, a la humanidad, con una alianza que no puede fallar porque está cimentada en su misericordia.

Es el anuncio de la Eucaristía, de la nueva y eterna alianza, gracias a la cual todo creyente se convierte en cuerpo de Cristo y en ciudadano de la Jerusalén celestial.
 SALMO 29

R.- TE ENSALZARÉ, SEÑOR, PORQUE ME HAS LIBRADO

Te ensalzaré, Señor, porque me has librado
y no has dejado que mis enemigos se rían de mí.
Señor, sacaste mi vida del abismo,
me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa. R.-

Tañed para el Señor, fieles suyos,
dad gracias a su nombre santo;
su cólera dura un instante, su bondad de por vida;
al atardecer nos visita el llanto,
por la mañana, el júbilo. R.-

Escucha, Señor y ten piedad de mí,
Señor, socórreme.
Cambiaste mi luto en danzas.
Señor, Dios mío, te daré gracias por siempre. R.
LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 55. 1-11

Así dice el Señor:
Oíd, sedimentos todos, acudid todos por agua, también lo que no tenéis dinero: venid, comprad trigo, comed sin pagar vino y leche de balde. ¿Por qué gastáis dinero en lo que no alimenta y salario en lo que n o da hartura? Escuchadme atentos y comeréis bien, saborearéis platos sustanciosos. Inclinad el oído, venid a mí: escuchadme y viviréis.
Sellaré con vosotros la alianza perfecta, la promesa que aseguré a David: a él lo hice mi testigo para los pueblos, caudillo y soberano de naciones; tú llamarás a un pueblo desconocido, un pueblo que no te conocía correrá hacia ti; por el Señor, por tu dios, por el santo de Israel que te honrra.
Buscad al señor mientras se le encuentra, invocadlo mientras está cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón. Mis planes no son vuestros planes, vuestros caminos no son mis caminos —Oráculo del Señor.
Como el cielo es más alto que la tierra, mis caminos son más altos que los vuestros, mis planes, que vuestros planes.
Como bajan la lluvia y la nieve desde el cielo, y no vuelven allá, sino después de empapar la tierra, de fecundarla y hacerla germinar, para que dé semilla al sembrador y pan al que come; así será mi Palabra, que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, sino que hará mi voluntad, y cumplirá mi encargo.

Palabra de Dios
  SALMO Is 12, 2-3. 4bcd. 5-6

R.- SACARÉIS AGUA CON GOZO DE LAS FUENTES DE LA SALVACIÓN

El Señor es mi Dios y mi Salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor,
Él fue mi salvación. R.-

Dad gracias al Señor,
invocad su nombre,
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso. R.-

Tañed para el señor que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra;
gritad jubilosos, habitantes de Sión.
“Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel”. R.-

LECTURA DEL LIBRO DE BARUC 3, 9-15. 32—4, 4

Escucha, Israel, mandatos de vida, presta oído para aprender prudencia.
¿A qué se debe, Israel, que estés aún en el país enemigo, que envejezcas en tierras extranjeras, que estés impuro entre los muertos, que te cuenten con los habitantes del Abismo? —Es que abandonaste la fuente de la sabiduría. Si hubieras seguido el camino de Dios, habitarías en paz para siempre. Aprende dónde encuentra la prudencia, el valor y la inteligencia, así aprenderás dónde se encuentra la vida larga, la luz de los ojos y la paz.
¿Quién encontró su puesto o entró en sus almacenes? El que todo lo sabe la conoce, la examina y la penetra. El que creó la tierra para siempre y la llenó de animales cuadrúpedos; el que manda a la luz, y ella va, y le obedece temblando; a los astros, que velan gozosos en sus puestos de guardia los llama y responden: “Presentes” y brillan gozosos para su Creador.
Él es nuestro Dios y no hay otro frente a Él: investigó el camino del saber y se lo dio a su hijo Jacob, a su amado, Israel. Después apareció en el mundo y vivió entre los hombres. Es el libro de los mandatos de Dios, la ley de la validez eterna: los que guardan, vivirán, los que abandonan, morirán. Vuélvete, Jacob, a recibirla, camina a la claridad de su resplandor; no entregues a otros tu gloria ni tu dignidad a un pueblo extranjero. ¡Dichosos nosotros, Israel, que conocemos lo que agrada al Señor!

Palabra de Dios
SALMO 18

R.- SEÑOR, TIENES PALABRAS DE VIDA ETERNA

La Ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante. R.-

Los mandatos del Señor son rectos
y alegran el corazón;
la norma del señor es límpida
y da luz a los ojos. R.-

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y eternamente justos. R.-

Más precioso que el oro,
más que el oro fino;
más dulces que la miel
de un panal que destila. R.-

LECTURA DEL LIBRO DE EZEQUIEL 36, 16-28

Me vino esta Palabra del Señor: Cuando la casa de Israel habitaba en su tierra, la profanó con su conducta, con sus acciones, como sangre inmunda fue su proceder ante mí. Entonces derramé mi cólera sobre ellos, por la sangre que habían derramado en el país, por haberlo profanado con sus idolatrías. Los esparcí entre las naciones, anduvieron dispersos por los países; según su proceder, según sus acciones los sentencié. Cuando llegaron a las naciones donde se fueron, profanaron mi santo nombre; decían de ellos:
—Estos son el pueblo del Señor, de su tierra han salido.
Sentí lástima de mi santo nombre, profanado por la casa de Israel en las naciones a las que se fue. Por eso, di a la casa de Israel: Esto dice el Señor: No lo hago por vosotros, casa de Israel, sino por mi santo nombre, profanado por vosotros, en las naciones a las que habéis ido. Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre los gentiles, que vosotros habéis profanado en medio de ellos; y conocerán los gentiles que soy yo el Señor —oráculo del Señor —, cuando les haga ver mi santidad al castigaros. Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra.
Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo y yo seré vuestro Dios.

Palabra de Dios

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La última lectura del A.T contiene un oráculo que carga las tintas y ofrece, por su mismo estilo, unos claros contrastes que nos llevan a reflexionar en la radical diversidad entre el modo de actuar el hombre y el de Dios. Con su infidelidad a la alianza, Israel ha contaminado con su pecado la tierra santa recibida como don, haciéndose indigna de ella.

Castigado con el destierro con vistas al arrepentimiento, no se convirtió, sino que profanó más entre los gentiles el nombre de Dios. El mal engendra mal, acumulando nuevos motivos de condena, en una cadena que la fuerza humana no logra romper, sino que la hace más pesada aún. Aplastados por su perversidad, Israel se siente condenado a muerte sin poder alegar ningún mérito para lograr la salvación.

Al pueblo disperso y dividido le promete la vuelta a la patria, pero para que este regreso no sea solo físico, sino más bien el comienzo de una nueva vida de comunión, anticipo de la vida eterna, es preciso purificarse interiormente. Cambiar el corazón endurecido por el pecado, insensible a la Palabra de salvación, por un corazón de carne dócil y obediente, un corazón que se deja herir de amor y por amor se convierte a su vez en capaz de sufrir, un corazón en el que el Espíritu pueda morar de modo estable, sugiriendo a cada instante lo santo, verdadero, noble y lo que agrada al Señor.
SALMO 41, 42

R.- COMO BUSCA LA CIERVA CORRIENTES DE AGUA, ASÍ MI ALMA TE BUSCA A TI, DIOS MÍO.
Tiene sed de Dios
del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios?. R.-

Cómo marchaba a la cabeza del grupo
hacia la casa de Dios,
entre cantos de júbilo y alabanza,
en el bullicio de la fiesta. R -

Envía tu luz y tu verdad;
que ellos me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. R.-

Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. R.-

(O también se puede proclamar el siguiente salmo)

SALMO 50

R.- OH DIOS, CREA EN MÍ UN CORAZÓN PURO

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro, con espíritu firme;
no me arrojes de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.-

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
Los pecadores volverán a ti. R.-

Los sacrificios no te satisfacen,
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado,
un corazón quebrantado y humillado
tú no lo desprecias. R.

LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 6, 3-11

Hermanos:
Los que por el bautismo nos incorporamos a Cristo, fuimos incorporados a su muerte. Por el bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, para que, así como Cristo fue despertado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en una vida nueva. Porque, si nuestra existencia está unida a Él en una muerte como la suya, lo estará también en una resurrección como la suya. Comprendamos que nuestra vieja condición ha ido crucificada con Cristo, quedando destruida nuestra personalidad de pecadores y nosotros libres de la esclavitud al pecado; porque el que muere ha quedado absuelto del pecado.
Por tanto, si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con Él, pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre Él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús Señor Nuestro.

Palabra de Dios

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Con la muerte y resurrección de Cristo se ha realizado una radical transformación de todo el universo, pero de modo particular del hombre, que de esclavo, se ha convertido en hijo de Dios. La vida nueva se concede gratuitamente, pero debe ser libremente acogida. Esta realidad se lleva a cabo mediante el rito del bautismo, con su doble significado de inmersión en la muerte de Cristo y de incorporación a ël. Muerto al pecado, el bautizado es miembro vivo de Cristo y desde ahora vive una vida resucitada que hace de él un ciudadano del cielo, aunque todavía sea peregrino en la tierra, continuamente     asediado por el mal y tentado de volver a ser esclavo del pecado.

La semilla de eternidad que el bautismo sacramental a puesto en el hombre debe guardare para que la gracia de una vida nueva se desarrolle en plenitud. El cristiano está llamado a combatir la batalla de la fe, pasando por muchas muertes y bautismos cotidianos, participando más íntimamente en la pasión de Cristo, aunque ya esté resucitado, permanece aún en la cruz hasta el final de los tiempos, cuando, completado el designio de salvación universal, podrá presentar al Padre a la humanidad entera como Esposa Inmaculada, sin macha ni arruga. 
SALMO 117

R.- ALELUYA, ALELUYA, ALELUYA.
Dad gracias al señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia. R.-

La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa.
No he de morir, viviré,
para contar las hazañas del Señor. R.-

La piedra que desecharon los arquitectos,
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
Ha sido un milagro patente. R

Imagen relacionada LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 16, 1-7

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé. Compraron aromas para ir a embalsamar a Jesús. Y muy temprano, el primer día de la Semana, al salir el sol, fueron al sepulcro. Y se decían unas a otras:
-- Quién nos correrá la piedra a la entrada del sepulcro.
Al mirar vieron que la piedra estaba corrida, y eso que era muy grande. Entraron al sepulcro y vieron un joven sentado a la derecha, vestido de blanco. Y se asustaron. Él les dijo:
-- No os asustéis. ¿Buscáis a Jesús el Nazareno, el crucificado? No está aquí. Ha resucitado. Mirad el sitio donde le pusieron. Ahora id a decir a sus discípulos y a Pedro: Él va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como os dijo.

Palabra del Señor

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Las mujeres después de ponerse el sol, es decir, pasado el sábado, compraron aromas para embalsamar el cuerpo de Jesús. Se ponen en camino preocupadas. Pero la tumba aparece extrañamente abierta, a pesar de las dimensiones de la losa que la sellaba, creando un clima de sorpresa que crece con la presencia inesperada de un joven vestido de blanco que aparece allí como esperando a las mujeres dentro del sepulcro. El anuncio que hace a las mujeres asustada ayuda a identificarlo, porque el joven conoce su miedo y les infunde ánimos, como aparece siempre en las manifestaciones sobrenaturales de la Biblia. Incluso las intenciones de las tres portadoras de los bálsamos. Finalmente les revela algo que de otro modo seria incomprensible; Jesús Nazareno, el Crucificado, ha resucitado. Es la forma más concisa y primitiva del Kerigma. Sigue la prueba de la tumba vacía y el envío con una misiva a los discípulos entre los cuales sobresale la figura de Pedro: las mujeres, al contar lo acaecido, deberán recordar la cita que les dio Jesús en la última cena.

El Evangelio de Marcos se dirige no solo a testimoniar a Cristo, sino también provocar a los oyentes. Estamos como las mujeres a buscar a Jesús y dejarnos sorprender por el anuncio de su resurrección, acogiéndolo con fe.




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