Lecturas del Viernes 13 de abril. 2ª semana de Pascua


Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 5,34-42


En aquellos días, un fariseo llamado Gamaliel, doctor de la ley, respetado por todo el pueblo, se levantó en el Sanedrín, mandó que sacaran fuera un momento a los apóstoles y dijo:
«Israelitas, pensad bien lo que vais a hacer con esos hombres. Hace algún tiempo se levantó Teudas, dándoselas de hombre importante, y se le juntaron unos cuatrocientos hombres. Fue ejecutado, se dispersaron todos sus secuaces y todo acabó en nada.
Más tarde, en los días del censo, surgió Judas el Galileo, arrastrando detrás de sí gente del pueblo; también pereció, y se disgregaron todos sus secuaces.
En el caso presente, os digo: no os metáis con esos hombres; soltadlos. Si su idea y su actividad son cosa de hombres, se disolverá; pero, si es cosa de Dios, no lograréis destruirlos, y os expondríais a luchar contra Dios».
Le dieron la razón y, habiendo llamado a los apóstoles, los azotaron, les prohibieron hablar en nombre de Jesús, y los soltaron. Ellos, pues, salieron del Sanedrín contentos de haber merecido aquel ultraje por el Nombre. Ningún día dejaban de enseñar, en el templo y por las casas, anunciando la buena noticia acerca del Mesías Jesús.



Palabra de Dios



Sal 26,1.4.13-14


R/. Una cosa pido al Señor: habitar en su casa

El Señor es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/.

Una cosa pido al Señor,
eso buscaré:
habitar en la casa del Señor
por los días de mi vida;
gozar de la dulzura del Señor,
contemplando su templo. R/.

Espero gozar de la dicha del Señor
en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/.



Imagen relacionada
Lectura del santo evangelio según san Juan 6,1-15


En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del mar de Galilea, o de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos.
Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos y, al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe:
«¿Con qué compraremos panes para que coman estos?».
Lo decía para probarlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer.
Felipe le contestó:
«Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice:
«Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?».
Jesús dijo:
«Decid a la gente que se siente en el suelo».
Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; solo los hombres eran unos cinco mil.
Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos:
«Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se pierda».
Los recogieron y llenaron doce canastos con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:
«Este es verdaderamente el Profeta que va a venir al mundo».
Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Palabra del Señor

COMENTARIOS

Gamaliel un fariseo doctor de Ley y lleva una vida observante y cree en la resurrección, su intervención es prudente y favorable para los apóstoles. Su principio de no intervención, se cita con frecuencia como ejemplo de consejo sabio y prudente, "Si la novedad no es Dios, no durará y si es de Dios es inútil oponerse a ella, porque Dios interviene constantemente en favor de su pueblo. No se puede ir contra el obrar divino mediante una intervención humana. Los apóstoles quedan en libertad después de haber sido azotados. es digno de señalar la alegría que sienten por haber merecido ese ultraje por amor al Nombre de Jesús.

El hecho de que los apóstoles enseñen en el templo significa que, a pesar de las incomprensiones y los abusos de poder de las autoridades, la iglesia de Jerusalén se consideraba aún en el ámbito del judaísmo. En estos momentos diríamos, que era una corriente, una secta del judaísmo.

El milagro de la multiplicación de los panes introduce, de manera simbólica, en el magno discurso del pan de vida y está situado en el centro de la actividad pública de Jesús. Se trata de un signo de Jesús para revelarse a sí mismo. Para el evangelista Juan es un nuevo milagro del maná, hecho por Jesús el nuevo Moisés, en un nuevo Éxodo y como símbolo de la eucaristía, cuya institución fue durante la última cena.

No es el hecho de saciar el hambre a la muchedumbre, sino la revelación de la gloria de Dios en Jesús, que es la Palabra hecha carne. El texto se divide en:

1. Introducción histórica
2. El diálogo entre Jesús y los discípulos
3. Descripción del signo o milagro
4. Incomprensión de la muchedumbre y soledad de Jesús, que se retira a orar en el monte.

Jesús es aquel en quien se cumple el pasado y se realizan todas las esperanza de Israel. El pan que el maestro va a dar al pueblo perfecciona la pascua judía y pone el gran milagro bajo el signo del banquete eucarístico cristiano. Jesús habla a la gente que lo sigue de la Nueva Alianza con Dios y de la vida eterna. A continuación toma la iniciativa y le llama la atención a Felipe sobre la dificultad del momento. Jesús es quien satisface las necesidas del hombre.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Lecturas del San Mateo, apóstol y evangelista

Lectura del Jueves de la Octava de Pascua

Lecturas del Lunes de la III Semana de Pascua