Lecturas del Domingo X del Tiempo Ordinario - Ciclo B


Resultado de imagen para mc 3 20-35
Lectura del libro del Génesis. Gén 3, 9-15


Cuando Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».



Palabra de Dios.


Salmo responsorial: Sal 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8 (R/.: 7cd)


R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi Voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

V/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R/.

V/. Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.

V/. Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/



Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 2 Cor 4, 13 — 5, 1


Hermanos:

Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
Por eso, no nos acobardamos, sino que, aun cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día.
Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable carga de gloria, ya que no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.
Porque sabemos que si se destruye esta nuestra morada terrena, tenemos un sólido edificio que viene de Dios, una morada que no ha sido construida por manos humanas, es eterna y está en los cielos.

Palabra de Dios.



Resultado de imagen para mc 3 20-35
Lectura del santo Evangelio según san Marcos. Mc 3, 20-35


En aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Palabra del Señor.

COMENTARIOS

La historia del hombre aparece desde los orígenes como historia de engaño y de hostilidad. Y aquí aparece tratada de nuevo la condición de pecado en la que cada persona se encuentra desde su nacimiento y que marca su experiencia frente a la vida. Frente a la llamada de Dios, surge en el hombre el miedo, que le lleva esconderse de los ojos del Señor. El desconcierto producido entre el hombre y la mujer por el pecado es evidente, ambos se acusan recíprocamente, descargan la responsabilidad de sus propias acciones en el otro.

La presencia misteriosa del tentador, de aquel que divide,  en la historia de los hombres y de cada persona es, una experiencia real y constante, de nuestra historia forma parte un misterio de iniquidad, sin embargo, la lectura bíblica no concluye en el pesimismo trágico o en la desesperación, sino en una visión abierta a la esperanza, las palabras pronunciadas por Dios, que condenan el mal y dejan entrever que a este mal se le herirá en la cabeza, a pesar de su continua asechanza, provocan al hombre a la  confesión, o sea, al reconocimiento simultáneo del poder de Dios y del propio pecado. Esta es la premisa necesaria para pedir y acoger el perdón que salva.

La victoria sobre  el mal es,  para el cristiano, una obre exclusiva de Dios; el hombre, por si solo, sería herido inevitablemente por el misterio de iniquidad que marca su historia. Es el amor de Dios Padre el único que está en condiciones   de destruir con su muerte al que tenía poder para matar,, es decir, al diablo. 

La lectura  a los Corintios, comunica una confiada certeza a todos los creyentes, aunque nuestro hombre exterior, nuestra condición física, frágil, provisional, se vaya deteriorando inevitablemente, el interior se puede renovar de día en día, sin embargo, es preciso no fijar la mirada en las cosas que ven, sino orientarla hacía  la que no se ven, que son eterna. 



Comentarios

Entradas más populares de este blog

Lecturas del San Mateo, apóstol y evangelista

Lectura del Jueves de la Octava de Pascua

Lecturas del Lunes de la III Semana de Pascua