Lecturas del Jueves 19 de julio. 15ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura del libro de Isaías 26,7-9.12.16-19
La plegaria de Isaías es una parte del apocalipsis de Isaías, s trata de un bloque formado por liturgias proféticas, anuncios apocalípticos,cantos y plegarias de lamento y de acción de gracias. El centro de atención está constituido por la ruina de la ciudad excelsa, cuya identificación resulta problemática y por el juicio que pronuncia dios sobre ella y sobre toda la tierra, un juicio en el que están implicadas así mismo todas las fuerzas de la naturaleza. Entre los trastornos cósmicos y las perspectivas de la paz definitiva,se invita al pueblo a que confíe en el Señor, que mantiene su promesa y cuida de los pobres y de los oprimidos. Del mismo modo que devasta las ciudades paganas, haciendo impracticables sus caminos, allana la senda de quien conforma la vida y sus preceptos. Dios realiza sus grandes obras entre las naciones, a fin de que todos puedan conocerle y vivir según su voluntad
La esperanza que el porante pone en Yahvé alimenta el deseo de estar en comunión con aquel que le concederá la plenitud de todos los bienes y llevará a buen puerto las iniciativas emprendidas. Eso mostrará, no obstante, la débil fe del pueblo, cuya oración está exenta de contenido y de fuerza vital. La intervención de Dios volverá a dar energía vivificadora a un pueblo de muertos, para una nueva existencia jubilosa.
El canto de alabanza de Jesús anuncia la salvación para quienes acogen con estupor y admiración el amor del Padre. Jesús acaba de hablar de la imposibilidad de conocer al Padre si no es por la revelación del Hijo. El hijo invita a todos a ir a Él, a entrar en comunión de vida con Él acogiendo su amor y el del Padre, fuente de reposo, satisfacción de todo deseo en el goce, en la paz. Él es el único y verdadero Maestro, dirige a todos la invitación a hacerse discípulos y se trata de una invitación que lleva en sí misma los caracteres de la urgencia y de la alegría. Jesús, sabiduría del Padre que se revela a los sencillos, a todos los que experimentan y reconocen la fatiga opresora, a todos los que experimentan en sí misma, manifiesta el misterio del Reino de Dios en cuanto anuncia que el amor es la plenitud de la Ley y convierte el amor en la norma en el mandamiento supremo
La senda del justo es recta. Tú allanas el sendero del justo; en la senda de tus juicios, Señor, te esperamos, ansiando tu nombre y tu recuerdo. Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti, porque tus juicios son luz de la tierra, y aprenden justicia los habitantes del orbe. Señor, tú nos darás la paz, porque todas nuestras empresas nos las realizas tú. Señor, en el peligro acudíamos a ti, cuando apretaba la fuerza de tu escarmiento. Como la preñada cuando le llega el parto se retuerce y grita angustiada, así éramos en tu presencia, Señor: concebimos, nos retorcimos, dimos a luz... viento; no trajimos salvación al país, no le nacieron habitantes al mundo. ¡Vivirán tus muertos, tus cadáveres se alzarán, despertarán jubilosos los que habitan el polvo! Porque tu rocío es rocío de luz, y la tierra de las sombras parirá.
Palabra de Dios
Sal 101
R/. El Señor desde el cielo se ha fijado en la tierra
Tú permaneces para siempre,
y tu nombre de generación en generación.
Levántate y ten misericordia de Sión,
que ya es hora y tiempo de misericordia.
Tus siervos aman sus piedras,
se compadecen de sus ruinas. R/.
Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R/.
Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 11,28-30
En aquel tiempo, exclamó Jesús: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.»
Palabra del Señor
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La esperanza que el porante pone en Yahvé alimenta el deseo de estar en comunión con aquel que le concederá la plenitud de todos los bienes y llevará a buen puerto las iniciativas emprendidas. Eso mostrará, no obstante, la débil fe del pueblo, cuya oración está exenta de contenido y de fuerza vital. La intervención de Dios volverá a dar energía vivificadora a un pueblo de muertos, para una nueva existencia jubilosa.
El canto de alabanza de Jesús anuncia la salvación para quienes acogen con estupor y admiración el amor del Padre. Jesús acaba de hablar de la imposibilidad de conocer al Padre si no es por la revelación del Hijo. El hijo invita a todos a ir a Él, a entrar en comunión de vida con Él acogiendo su amor y el del Padre, fuente de reposo, satisfacción de todo deseo en el goce, en la paz. Él es el único y verdadero Maestro, dirige a todos la invitación a hacerse discípulos y se trata de una invitación que lleva en sí misma los caracteres de la urgencia y de la alegría. Jesús, sabiduría del Padre que se revela a los sencillos, a todos los que experimentan y reconocen la fatiga opresora, a todos los que experimentan en sí misma, manifiesta el misterio del Reino de Dios en cuanto anuncia que el amor es la plenitud de la Ley y convierte el amor en la norma en el mandamiento supremo
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