Lecturas del Viernes 27 de julio. 16ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura del libro de Jeremías 3,14-17
Después de las palabras de reprensión por el pecado de idolatrías, he aquí la exhortación a convertirse dirigida por el profeta a sus contemporáneos. "Volved"es la palabra clave de la invitación al cambio de vida. Este último implicará, antes que nada, el reconocimiento de Yahvé como único Señor, como verdadero guía del pueblo. Los reyes y los jefes, sus representantes, actuarán entonces de manera responsable, de acuerdo con su voluntad manifestada en la ley sinaítica. A la exhortación le sigue la promesa de un futuro aún más espléndido que el pasado antes anhelado, en el que Dios será el único rey de Jerusalén. Su presencia hará superflua la del arca de la alianza, cuya desaparición nadie echará de menos. El reconocimiento de la soberanía de Dios unirá a todos los pueblos, que, perdida de la dureza de corazón, seguirán su voluntad y no sus propios proyectos.
La explicación de la parábola del sembrador desplaza la atención desde aquel que esparce la semilla a las causas de su diferente recepción. Al explicar la comparación, se pasa de la constatación del resultado, combatido aunque a fin de cuentas sorprendente, de la predicación del Reino de Dios por parte de Jesús y de los continuadores de su obra, a la consideración de los motivos que llevan a los oyentes a cerrarse o abrirse al anuncio y por consiguiente, a la conversión.
El evangelista, releyendo la parábola de manera alegórica, pone de manifiesto que el fondo de la dureza de corazón es obra del maligno, del que es mentiroso desde el principio. El hombre secunda esta obra cuando vive de modo que no permite a la Palabra de Jesús arraigar en su vida. De esta forma, distrae fácilmente su atención de ella y deja que los sufrimientos, las incomprensiones, las riquezas, ocupen todo el espacio de su corazón su mente. Da frutos abundantes, por el contrario, que es dócil a la Palabra de Jesús, figura entre los bienaventurados, a los que ha sido revelado el misterio del Reino, figura entre lo más pequeños, en los que se complace el padre y a los que introduce en la comunión. trinitaria.
Volved, hijos apóstatas –oráculo del Señor–, que yo soy vuestro dueño; cogeré a uno de cada ciudad, a dos de cada tribu, y os traeré a Sión; os daré pastores a mi gusto que os apacienten con saber y acierto; entonces, cuando crezcáis y os multipliquéis en el país –oráculo del Señor–, ya no se nombrará el arca de la alianza del Señor, no se recordará ni mencionará, no se echará de menos ni se hará otra. En aquel tiempo, llamarán a Jerusalén «Trono del Señor», acudirán a ella todos los paganos, porque Jerusalén llevará el nombre del Señor, y ya no seguirán la maldad de su corazón obstinado.
Palabra de Dios
Jr 31
R/. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño
Escuchad, pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla en las islas remotas:
«El que dispersó a Israel lo reunirá,
lo guardará como un pastor a su rebaño.» R/.
«Porque el Señor redimió a Jacob,
lo rescató de una mano más fuerte.»
Vendrán con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán hacia los bienes del Señor. R/.
Entonces se alegrará la doncella en la danza,
gozarán los jóvenes y los viejos;
convertiré su tristeza en gozo,
los alegraré y aliviaré sus penas. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo 13,18-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros oíd lo que significa la parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del reino sin entenderla, viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado al borde del camino. Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante, y, en cuanto viene una dificultad o persecución por la palabra, sucumbe. Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra; pero los afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril. Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la palabra y la entiende; ése dará fruto y producirá ciento o sesenta o treinta por uno.»
Palabra del Señor
COMENTARIOS
La explicación de la parábola del sembrador desplaza la atención desde aquel que esparce la semilla a las causas de su diferente recepción. Al explicar la comparación, se pasa de la constatación del resultado, combatido aunque a fin de cuentas sorprendente, de la predicación del Reino de Dios por parte de Jesús y de los continuadores de su obra, a la consideración de los motivos que llevan a los oyentes a cerrarse o abrirse al anuncio y por consiguiente, a la conversión.
El evangelista, releyendo la parábola de manera alegórica, pone de manifiesto que el fondo de la dureza de corazón es obra del maligno, del que es mentiroso desde el principio. El hombre secunda esta obra cuando vive de modo que no permite a la Palabra de Jesús arraigar en su vida. De esta forma, distrae fácilmente su atención de ella y deja que los sufrimientos, las incomprensiones, las riquezas, ocupen todo el espacio de su corazón su mente. Da frutos abundantes, por el contrario, que es dócil a la Palabra de Jesús, figura entre los bienaventurados, a los que ha sido revelado el misterio del Reino, figura entre lo más pequeños, en los que se complace el padre y a los que introduce en la comunión. trinitaria.
Comentarios
Publicar un comentario