Lecturas del Jueves 11 de octubre 27ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 3,1-5
Pablo interpela a los Gálatas para que reflexionen sobre su insensatez: la de volver a ser deudores de la Ley como si no hubiesen conocido a Jesús clavado en una cruz, fuente única de salvación. Pablo sabe que es posible vivir en este mundo, que es posible vivir en la carne, aunque viviendo al mismo tiempo creyendo en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí.
Dios que concede el Espíritu y obra maravillas, también entre los Gálatas. El hecho que los gálatas crean en Cristo en su Evangelio, anunciado por Pablo, no significa que deban omitir el cumplimiento de los mandatos de la Ley. Creer significa ser crucificado en nuestra propia parte egoísta hasta poder decir: "Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí"
El Evangelio enseña por medio de dos parábolas. La primera es la de un hombre que va a media noche a casa de un amigo. La petición a esa hora, en condiciones incómodas para quien debe abrir la puerta de su casa, no puede ser atendido de inmediato. El relato está puesto en la insistencia de quien sabe que llama al corazón de un gran amigo con confianza, con la certeza confiada de obtener lo que se pide.
La segunda parábola profundiza en la paternidad usando imágenes de contraste: pan / piedra, pez/ serpiente, huevo/ escorpión. El pez como el pan, es símbolo de Cristo; la serpiente evoca al enemigo por excelencia del hombre. El huevo es símbolo de la vida; el escorpión, que lleva el veneno en la cola, evoca muerte. La serie de verbos, fuertemente correlacionados entre sí. El mensaje es que la oración nunca es pérdida de tiempo, ni un desafío a un Dios lejano y sordo. La oración tiene siempre una respuesta positiva. La oración debe ser perseverante.
¡Insensatos gálatas! ¿Quién os ha embrujado? ¡Y pensar que ante vuestros ojos presentamos la figura de Jesucristo en la cruz! Contestadme a una sola pregunta: ¿recibisteis el Espíritu por observar la ley o por haber respondido a la fe? ¿Tan estúpidos sois? ¡Empezasteis por el espíritu para terminar con la carne! ¡Tantas magníficas experiencias en vano! Si es que han sido en vano. Vamos a ver: Cuando Dios os concede el Espíritu y obra prodigios entre vosotros, ¿por qué lo hace? ¿Porque observáis la ley o porque respondéis a la fe?
Palabra de Dios
Lc 1,69-70.71-72.73-75
R/. Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado a su pueblo
Nos ha suscitado una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas. R/.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
realizando la misericordia
que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza y el juramento
que juró a nuestro padre Abrahán. R/.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 11,5-13
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos: «Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: “Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle.” Y, desde dentro, el otro le responde: “No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos.” Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?»
Palabra del Señor
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Dios que concede el Espíritu y obra maravillas, también entre los Gálatas. El hecho que los gálatas crean en Cristo en su Evangelio, anunciado por Pablo, no significa que deban omitir el cumplimiento de los mandatos de la Ley. Creer significa ser crucificado en nuestra propia parte egoísta hasta poder decir: "Ya no vivo yo, es Cristo que vive en mí"
El Evangelio enseña por medio de dos parábolas. La primera es la de un hombre que va a media noche a casa de un amigo. La petición a esa hora, en condiciones incómodas para quien debe abrir la puerta de su casa, no puede ser atendido de inmediato. El relato está puesto en la insistencia de quien sabe que llama al corazón de un gran amigo con confianza, con la certeza confiada de obtener lo que se pide.
La segunda parábola profundiza en la paternidad usando imágenes de contraste: pan / piedra, pez/ serpiente, huevo/ escorpión. El pez como el pan, es símbolo de Cristo; la serpiente evoca al enemigo por excelencia del hombre. El huevo es símbolo de la vida; el escorpión, que lleva el veneno en la cola, evoca muerte. La serie de verbos, fuertemente correlacionados entre sí. El mensaje es que la oración nunca es pérdida de tiempo, ni un desafío a un Dios lejano y sordo. La oración tiene siempre una respuesta positiva. La oración debe ser perseverante.
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