Lecturas del Lunes 29 de octubre. 30ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 4,32–5,8
Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor. Por otra parte, de inmoralidad, indecencia o afán de dinero, ni hablar; es impropio de santos. Y nada de chabacanerías, estupideces o frases de doble sentido; todo eso está fuera de sitio. Lo vuestro es alabar a Dios. Meteos bien esto en la cabeza: nadie que se da a la inmoralidad, a la indecencia o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios. Que nadie os engañe con argumentos especiosos; estas cosas son las que atraen el castigo de Dios sobre los rebeldes. No tengáis parte con ellos; porque en otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Caminad como hijos de la luz.
Palabra de Dios
Sal 1,1-2.3.4.6
R/ Seamos imitadores de Dios, como hijos queridos
Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R/.
Será como un árbol plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R/.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,10-17
Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga. Había una mujer que desde hacia dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.»
Le impuso las manos, y en seguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios. Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: «Seis días tenéis para trabajar; venid esos días a que os curen, y no los sábados.»
Pero el Señor, dirigiéndose a él, dijo: «Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro y lo lleva a abrevar, aunque sea sábado? Y a ésta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?»
A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.
Palabra del Señor
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La auténtica vida nueva en Cristo consiste en abandonar las costumbres y creencias que no corresponden al amor. Pablo enumera una serie de acciones que son desordenadas en la vida sexual, con los bienes materiales e ignoran el señorío de Jesús y del Padre. El placer y el tener, convertidos en ídolos, las palabras torpes y las conversaciones estúpidas que llevan a la vulgaridad, todo esto lleva a la condena por parte de Dios y el motivo para ser excluido de su Reino.
Jesús marcha hacía Jerusalén, lugar donde inicia su manifestación y consuma su misión salvífica. El milagro de la mujer encorvada fue realizada un sábado, esto para afirmar el aspecto central de este mensaje, el amor de Dios revelado por Jesús libera al hombre de las estrecheces de una ley que, entregada para asegurar la libertad, había terminado por hacerlo esclavo. Se trata de un amor gratuito, como la curación de esta mujer, que no la había pedido. La ley del sábado, convertida durante el período postexílico en el fulcro de la religiosidad judía, había perdido la motivación originaria del tiempo sagrado por la comunión con Dios. Para los hebreo es prohibido realizar algún trabajo el día sábado y solo era derogable en caso de peligro para la supervivencia. Jesús con su gesto gratuito, afirma que el sábado está al servicio de la vida, para quien ama a Dios, no hacer el bien equivale hacer el mal.
La perfección de la vida cristiana consiste en unirnos con el alma, con las palabras y con los hechos de la vida misma a todos los términos que explican el nombre de Cristo.
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