Lecturas del Jueves 15 de noviembre. 32ª semana del Tiempo Ordinario
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Filemón 7-20
Me alegró y animó mucho tu caridad, hermano, porque tú has aliviado los sufrimientos de los santos. Por eso, aunque tengo plena libertad en Cristo para mandarte lo que conviene hacer, prefiero rogártelo apelando a tu caridad, yo, Pablo, anciano y prisionero por Cristo Jesús. Te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien he engendrado en la prisión, que antes era tan inútil para ti, y ahora, en cambio, es tan útil para ti y para mí; te lo envío como algo de mis entrañas. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en tu lugar, en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo; así me harás este favor, no a la fuerza, sino con libertad. Quizá se apartó de ti para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino mucho mejor: como hermano querido. Si yo lo quiero tanto, cuánto más lo has de querer tú, como hombre y como cristiano. Si me consideras compañero tuyo, recíbelo a él como a mí mismo. Si en algo te ha perjudicado y te debe algo, ponlo en mi cuenta; yo, Pablo, te firmo el pagaré de mi puño y letra, para no hablar de que tú me debes tu propia persona. Por Dios, hermano, a ver si me das esta satisfacción en el Señor; alivia mi ansiedad, por amor a Cristo.
Palabra de Dios
Sal 145,7.8-9a.9bc-10
R/. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R/.
Lectura del santo evangelio según san Lucas 17,20-25
En aquel tiempo, a unos fariseos que le preguntaban cuándo iba a llegar el reino de Dios Jesús les contestó: «El reino de Dios no vendrá espectacularmente, ni anunciarán que está aquí o está allí; porque mirad, el reino de Dios está dentro de vosotros.»
Dijo a sus discípulos: «Llegará un tiempo en que desearéis vivir un día con el Hijo del hombre, y no podréis. Si os dicen que está aquí o está allí no os vayáis detrás. Como el fulgor del relámpago brilla de un horizonte a otro, así será el Hijo del hombre en su día. Pero antes tiene que padecer mucho y ser reprobado por esta generación.»
Palabra del Señor
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La primera lectura es una serie de recomendaciones, donde Pablo impulsado por el amor que le tiene al esclavo Onésimo, defendiéndolo ante su dueño, Filemón. Dado que Onésimo se ha escapado de su dueño, se encuentra ahora en una situación muy delicada. Por esta razón, Pablo, superando la lógica de la justicia retributiva, se atreve a dirigirse a Filemón para despertar en él los sentimientos de la fe y para animarle a llevar a cabo gestos de exquisita caridad evangélica.
Los dos valores que Pablo pone en juego es la caridad, que para un cristiano, constituye no solo una meta que debe alcanzar, sino que es la fuente de su accionar moral y de sus relaciones sociales. Es la caridad de Dios revelada en Cristo Jesús la que obliga, por así decirlo, a todo verdadero creyente a ponerla siempre en el primer lugar y a darle el primado sobre todo. El otro valor que Pablo desea reforzar es la libertad que Cristo nos ha regalado y no está permitido a nadie negar o menguar a otros. Esa libertad le infunde audacia a Pablo para pedir aquello que le importa y para alentar a Filemón a tomar decisiones con respecto a Onésimo, que es verdaderamente libre con Dios y con sigo mismo.
Caridad y libertad, son una verdadera relación de verdad, que son capaces de cambiar las relaciones sociales, más allá de lo personal para que impere el interés colectivo.
El Evangelio es un discurso escatológico. La pregunta realizada por los fariseos motivó a Jesús a darle una enseñanza, La pregunta se refiere al tiempo en que vendrá el Reino de los Cielos. Esta pregunta revela la ceguera espiritual y egoísta de los fariseos. Jesús no da una respuesta exacta, porque Él no vino a satisfacer los deseos y curiosidades de sus coterráneos, sino a educarnos para poder discernir en las situaciones o'personas que ponen en peligro el crecimiento espiritual y pueden desviar nuestra fe. Por eso, Jesús se presenta como el verdadero maestro, el que pone en guardia contra los posibles desviaciones, pero indica el camino por donde estamos llamados a transitar.
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La primera lectura es una serie de recomendaciones, donde Pablo impulsado por el amor que le tiene al esclavo Onésimo, defendiéndolo ante su dueño, Filemón. Dado que Onésimo se ha escapado de su dueño, se encuentra ahora en una situación muy delicada. Por esta razón, Pablo, superando la lógica de la justicia retributiva, se atreve a dirigirse a Filemón para despertar en él los sentimientos de la fe y para animarle a llevar a cabo gestos de exquisita caridad evangélica.
Los dos valores que Pablo pone en juego es la caridad, que para un cristiano, constituye no solo una meta que debe alcanzar, sino que es la fuente de su accionar moral y de sus relaciones sociales. Es la caridad de Dios revelada en Cristo Jesús la que obliga, por así decirlo, a todo verdadero creyente a ponerla siempre en el primer lugar y a darle el primado sobre todo. El otro valor que Pablo desea reforzar es la libertad que Cristo nos ha regalado y no está permitido a nadie negar o menguar a otros. Esa libertad le infunde audacia a Pablo para pedir aquello que le importa y para alentar a Filemón a tomar decisiones con respecto a Onésimo, que es verdaderamente libre con Dios y con sigo mismo.
Caridad y libertad, son una verdadera relación de verdad, que son capaces de cambiar las relaciones sociales, más allá de lo personal para que impere el interés colectivo.
El Evangelio es un discurso escatológico. La pregunta realizada por los fariseos motivó a Jesús a darle una enseñanza, La pregunta se refiere al tiempo en que vendrá el Reino de los Cielos. Esta pregunta revela la ceguera espiritual y egoísta de los fariseos. Jesús no da una respuesta exacta, porque Él no vino a satisfacer los deseos y curiosidades de sus coterráneos, sino a educarnos para poder discernir en las situaciones o'personas que ponen en peligro el crecimiento espiritual y pueden desviar nuestra fe. Por eso, Jesús se presenta como el verdadero maestro, el que pone en guardia contra los posibles desviaciones, pero indica el camino por donde estamos llamados a transitar.
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