VIGILIA DE PENTECOSTES
PRIMERA LECTURA DE LA MISA
Se llamó Babel, porque allí confundió el Señor la lengua de toda la tierra
Lectura del Libro del Génesis 11, 1-9.
Salmo responsorial Sal 103, 1-2a. 24 y 35c. 27-28. 29bc-30
R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra. (o, Aleluya).
O bien:
Lectura del libro del Éxodo 19, 3-8a. 16-20b
En aquellos días, Moisés subió hacia Dios.
El Señor lo llamó desde el monte, diciendo:
—«Así dirás a la casa de Jacob, y esto anunciarás a los israelitas:
«Ya habéis visto lo que he hecho con los egipcios, y cómo a vosotros os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí. Ahora, pues, si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza, vosotros seréis mi propiedad personal entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa. Éstas son las palabras que has de decir a los israelitas».
Moisés convocó a los ancianos del pueblo y les expuso todo lo que el Señor le había mandado.
Todo el pueblo, a una, respondió:
—«Haremos todo cuanto ha dicho el Señor».
Al tercer día, al rayar el alba, hubo truenos y relámpagos y una densa nube sobre el monte y un poderoso resonar de trompeta; y todo el pueblo que estaba en el campamento se echó a temblar.
Moisés hizo salir al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios y se detuvieron al pie del monte. Todo el Sinaí humeaba, porque el Señor había descendido sobre él en forma de fuego. Subía humo como de un horno, y todo el monte retemblaba con violencia. El sonar de la trompeta se hacía cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le respondía con el trueno. El Señor bajó al monte Sinaí, a la cumbre del monte, y llamó a Moisés a la cima de la montaña.
Palabra de Dios.
O bien
Lectura del libro de Ezequiel 37, 1-14
En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí y, con su Espíritu, el Señor me sacó y me colocó en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y vueltas en torno a ellos: eran innumerables sobre la superficie del valle y estaban completamente secos.
Me pregunto:
—«Hijo de Adán, ¿podrán revivir estos huesos?».
Yo respondí:
—«Señor, tú lo sabes».
Él me dijo:
—«Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchad la palabra del Señor! Así dice el Señor a estos huesos: Yo mismo traeré sobre vosotros espíritu, y viviréis. Pondré sobre vosotros tendones, haré crecer sobre vosotros carne, extenderé sobre vosotros piel, os infundiré espíritu, y viviréis. Y sabréis que yo soy el Señor”».
Y profeticé como me había ordenado y, a la voz de mi oráculo, hubo un estrépito, y los huesos se juntaron hueso con hueso. Me fijé en ellos: tenían encima tendones, la carne había crecido, y la piel los recubría; pero no tenían espíritu.
Entonces me dijo:
—«Conjura al espíritu, conjura, hijo de Adán, y di al espíritu: “Así dice el Señor: De los cuatro vientos ven, espíritu, y sopla sobre estos muertos para que vivan”».
Yo profeticé como me había ordenado; vino sobre ellos el espíritu, y revivieron y se pusieron en pie. Era una multitud innumerable.
Y me dijo:
—«Hijo de Adán, estos huesos son la entera casa de Israel, que dice: “Nuestros huesos están secos, nuestra esperanza ha perecido, estamos destrozados.” Por eso, profetiza y diles: “Así dice el Señor: Yo mismo abriré vuestros sepulcros, y os haré salir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vuestros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Señor. Os infundiré mi espíritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago”». Oráculo del Señor.
Palabra de Dios.
O bien
Lectura de la profecía de Joel 3, 1-5
Así dice el Señor:
Palabra de Dios.
Salmo responsorial: Salmo 103
O bien:
R. Aleluya.
EPÍSTOLA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Romanos 8, 22-27.
Palabra de Dios.
Aclamación del Evangelio
Aleluya
EVANGELIO DE LA MISA
Manarán torrentes de agua viva
Lectura del santo Evangelio según San Juan 7, 37-39.
Palabra del Señor.
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